Editorial. La Pobreza Argentina-

Al Aire 18; 09 HS-

 

Según la UCA, la pobreza subió al 33,6% y afecta a 13,6 millones de argentinos

 

Según los datos de la EDSA-Agenda para la Equidad del ODSA-UCA, en el tercer trimestre de 2018, aunque con tendencia al alza, la tasa de indigencia no habría registrado un cambio significativo, tanto a nivel de hogares particulares como de personas.

Al respecto, se estima que 4,2% de los hogares y 6,1% de las personas eran indigentes. Sin embargo, se trata de los valores relativamente más altos registrados por la EDSA-UCA desde 2010 a la fecha.

La indigencia afecta con más intensidad a los segmentos sociales de la clase trabajadora marginal y a los hogares del conurbano bonaerense. En ambos casos, es donde la indigencia se incrementó de manera significativa a partir de 2014, alcanzando en el tercer trimestre de 2018 a 19,6% y 8,9% de la población, respectivamente.

También afecta más fuertemente a los niños, adolescentes y jóvenes de 18 a 29 años, y en menor medida a la población de 60 años y más. La EDSA (Encuesta de la Deuda Social Argentina) estima que durante el tercer trimestre de 2018, el 10,9% de los niños/as y adolescentes vivían en hogares con ingresos por debajo de la línea de indigencia, siendo esa tasa la más alta de todas las series.

El estrato socio-ocupacional mide la condición de clase de los hogares mediante la condición de actividad y calificación ocupacional del principal sostén económico del grupo familiar, sus fuentes de ingresos y su nivel de protección social. Las siete categorías iniciales de análisis fueron reagrupadas en cuatro clases: Clase Media Profesional (11%); b) Clase Media no Profesional (29%); c) Clase Obrera Integrada (38%); y d) Clase Trabajadora Marginal (22%).

En 2018 tuvo lugar un incremento significativo de la inseguridad alimentaria severa que llegó a afectar al 6% de los hogares (en los que reside el 7,9% de la población urbana). Si bien se registraron importantes diferencias asociadas a los distintos estratos sociales, la evolución negativa que se observa en 2018 se explicaría principalmente a partir del deterioro de la situación de los hogares de estratos bajos integrados y de la tendencia observada en el Conurbano Bonaerense y en Otras Áreas Metropolitanas.

Durante el período se registra un fuerte incremento de la inseguridad alimentaria total que pasa de 12,3% a 16,4% de los hogares urbanos (en los hogares afectados reside el 20% de la población urbana). Tanto en hogares como en población, los valores en materia de inseguridad alimentaria total de 2018 son los más altos de la década.

El análisis por nivel socioeconómico revela en este punto una tendencia negativa sostenida desde 2016 que afecta a los grupos más vulnerables (en 2018, 1 de cada 4 hogares de clase trabajadora marginal se encontraba en situación de inseguridad alimentaria), en el contexto de crisis de 2018 no solamente se deteriora la situación de este estrato sino que también alcanza a estratos bajos con mayores niveles de integración.

Por otra parte, en correspondencia con la evolución de la pobreza monetaria, desde 2010 tuvo lugar un empeoramiento sostenido de la autopercepción en materia de insuficiencia de ingresos en los hogares. En 2018 cerca de la mitad de los hogares declararon que sus ingresos no fueron suficientes para cubrir sus gastos.

Esta tendencia negativa se observa con niveles diferenciados para todos los grupos sociales destacándose la amplia incidencia registrada en el estrato de trabajadores marginales (el 74% de estos hogares declararon esta situación, mientras que en los hogares de clase obrera integrada el porcentaje alcanzó al 58%). Esta situación afectó en mayor medida a los hogares del Conurbano Bonaerense, donde la tendencia al deterioro resultó más marcada. Los hogares que declararon que durante el año de referencia pudieron ahorrar experimentaron una disminución desde los primeros años de la serie. Se destaca en este punto que mientras el estrato más alto, y en particular los hogares de CABA, mejoraron su posición entre los años 2017 y 2018, el resto de los hogares registró un descenso de sus capacidades de ahorro.

«Durante 2018, la inestabilidad macro-financiera, sumada a los efectos de la sequía sobre el PBI agropecuario, consolidaron una crisis externa que terminó con una fuerte depreciación del peso, una aceleración de la tasa de inflación y una caída del salario real. Esto implicó una caída del consumo interno y la entrada a un nuevo ciclo estanflacionario, con una fuerte ingreso de los sectores medios bajos a la situación de pobreza»

ACCESO A PROGRAMAS SOCIALES

Poco más de 3 de cada 10 hogares en la Argentina percibe algún tipo de programa social, manteniéndose la proporción relativamente estable desde 2014. La cobertura alcanza a casi el 40% de la población urbana. El alcance de esta cobertura ha tenido un incremento casi sistemático desde 2010, habiéndose estancado durante los últimos tres años. › Mientras que en 2018, menos del 10% de los hogares en CABA percibía algún tipo de transferencia monetaria proveniente de programas sociales, la proporción supera al 30% en el resto de las regiones. Son los estratos más bajos los que registran mayores porcentajes de asistencia y los aumentos en su cobertura son los que explican la tendencia ascendente en las transferencias desde 2014. En 2018 tuvo lugar un descenso de los hogares y la población en situación de pobreza que accede a transferencias monetarias provenientes de programas sociales. Esta tendencia se explica por el empobrecimiento de sectores pertenecientes a los estratos medios,  que no acceden a transferencias por parte del Estado, en 2017 el 43% de los hogares pobres de estrato medio no profesional estaba cubierto por políticas asistenciales, este porcentaje desciende al 23% en 2018.

 

 

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› Durante el período 2010-2018, los indicadores sociales muestran la persistencia de altos niveles de pobreza y desigualdades estructurales, de carácter tanto económico-ocupacional como socioregional. Las relativas mejoras materiales y la ampliación de las políticas de protección social durante el último período no han sido suficientes para revertir los niveles de pobreza estructural. › Las brechas en el bienestar económico de los hogares no han disminuido, se presentan como estructurales y asociadas a la falta de demanda de empleo productivo de calidad y de políticas de inversión y desarrollo más agresivas en materia de vivienda, hábitat, salud y educación. › La actual crisis 2018 –al igual que en 2008, 2014 y 2016- no han sido destructivas del sistema productivo ni financiero formal. Sin embargo, han sido corrosivas para la micro, pequeña y mediana empresa, así como para los sectores de la economía social. El principal mecanismo de transmisión de este deterioro es la retracción del mercado interno y de las capacidades productivas del sector informal.

Entre las medidas compensatorias en materia de transferencias de ingreso no laborales –aunque por debajo de la tasa de inflación-, cabe señalar los aumentos dados por Ley (junio, septiembre y diciembre) para las prestaciones estatales que reciben 17,7 millones de personas: 6,9 millones de jubilados y pensionados, 1,6 millón de pensionados no contributivos y 9,2 millones de beneficiarios de asignaciones familiares o asignaciones por hijo. Sin embargo, para los primeros 9 meses del año este aumento representó menos de 20%. › Por lo mismo, el poder de compra de las jubilaciones y ayudas sociales fue en el tercer trimestre de 2018 entre 12-13% menor con respecto al mismo trimestre de 2017. En el mismo período la CBA (canasta básica alimentaria) y la CBT (canasta básica total), subieron un 33%. A nivel interanual, el aumento de ambas canastas es superior al 43%. Las primeras estimaciones reflejan que el año que viene podrá haber aumentos por sobre la inflación, pero no lo suficiente para cubrir la pérdida actual. › En materia de consumo interno, se espera que el aguinaldo y el bono de fin de año, los refuerzos a las AUH y otras ayudas extraordinarias, contribuyan a aliviar la capacidad de consumo de los sectores medios bajos y vulnerables, así como los mercados de trabajo informales vinculados a dichos consumos.

 

Los datos evidencian la persistente infantilización de la pobreza en la Argentina urbana. En el tercer trimestre de 2018, se estima que 46,3% de los niños/as y adolescentes de 0 a 17 años vivían en hogares pobres. Se trata de la proporción más elevada desde el tercer trimestre de 2016 y es casi 1,5 veces mayor que la tasa registrada para la población general. Al igual que en el caso de la indigencia, la pobreza afecta con más intensidad a niños, adolescentes y jóvenes (de 18 a 29 años), y en menor medida a la población activa (30-59 años) y de adultos mayores (60 años y más).  Por último, se describe la incidencia de la pobreza por grupos de edad a partir de la EPH con las Canastas Comparables (ODSA-UCA para el período 2010-2015 e INDEC 2016-2018), tratamiento no oficial de ingresos no declarados y proyección al tercer trimestre de 2018.  De acuerdo con esta estimación, el 44,4% de los niños/as en la Argentina residían en hogares bajo la línea de la pobreza en el tercer trimestre de 2018, frente a una incidencia de 7,6% en la población de 60 años y más.

Por último, cabe consignar cuáles son algunos de los factores que afectan a las condiciones de vida de las familias y que se encuentran detrás del incremento reciente de la pobreza y la indigencia:

Entre el tercer trimestre de 2017 y el segundo trimestre de 2018 (último dato disponible), la tasa de desocupación pasó de 8,3% a 9,6%. Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), entre el tercer trimestre de 2017 y el tercero de 2018, se perdieron 13 mil puestos de trabajo registrados.

 Entre el tercer trimestre de 2017 y el mismo período de 2018, la remuneración por todo concepto promedio de los trabajadores registrados (según SIPA) se retrajo 7,6%.

En el mismo lapso, el haber jubilatorio mínimo y la Asignación Universal por Hijo se redujo 8,5% en términos reales.

Hasta ahí, parte del informe del Laboratorio de la Deuda Social de la UCA; Sugiero ingreses a la página de la Universidad o en la nuestra y lo leas de ser posible, de manera completa.

Creo que estamos ante el mayor fracaso acumulativo de cada Gobierno, de Menem hasta estos días, y no podemos dejar de considerar aquí, el agravamiento del último año; lo lejos que ha estado el actual Presidente, de la Pobreza Cero.

2018, nos deja, 2,2 millones más de pobres-

Yayo Hourmilougue

LaQuintaPata

 

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Autor entrada: La 5 Pata

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