La No Violencia.

Hace horas, en uno de los eventos anuales más importantes que cada año algunas empresas organizan para el día del periodista, un colega al que respeto y aprecio, me decía que mis comentarios son críticos, pero muy moderados, acerca del gobierno. Charlamos un rato. Hace muchos años entendí que no necesitaba violencia para expresarme, es decir, que no necesitaba de aquello que sobra en muchos artículos, o en las calles, permanentemente, y que vemos en más de un discurso político, del oficialismo o de la oposición. Si bien han tratado de corregir esto en los últimos meses, hay una violencia verbal y actitudinal en la que se persiste.

Si además, cuando enciendo el televisor, veo que un sujeto arroja el contenido de un vaso de agua a otro en la cara, y los productores lo repiten multiplicándolo y recurren a archivos de otras épocas haciendo un show de cada tema, no puedo pretender que mañana algún hijo no lo haga con un padre descuidado, aunque ya ingresemos a otro universo, la relación de ese padre, con ese hijo.

De hecho las palabras fuertes, no son aquellas en las que la mayoría creemos, solamente. Si digo que no me interesa quien gane las elecciones,  y que soy un escéptico o un incrédulo, estoy remarcando una composición que pasa desapercibida, y estoy diciendo algo fuerte aunque no lo parezca, sin necesidad de insultar a nadie. Ya que ser escéptico en democracia comporta valores más allá de uno, que  involucran a quienes han tomado la responsabilidad de “hacer” partidocracia, ya que indirectamente política hacemos todos.

Y en verdad, no me interesa quien gane, me interesa que no haya fraude, y me importa que quien gane, cumpla mínimamente con lo que el país necesita a futuro, a partir lo que ya estamos visualizando hoy. Se trate de este mismo Gobierno o de otro. Ya que descuento que la Presidenta en estos días, confirmará su candidatura. Lo digo desde lo pragmático, no desde lo ideológico, aunque haya quienes insistan que sin el componente ideológico cualquier contenido se diluya. Para mí lo pragmático es lo que verdaderamente demuestra cada ideología, y no al revés.

No tengo que escribir los sustantivos o los adjetivos absurdamente con K, o con muchos signos de admiración, si es que estoy seguro del contenido de lo que digo y escribo, y he sido, y continuaré siendo un crítico constructivo de éste gobierno, aceptando sus logros, y sus errores más elementales. Y lo más probable es que haga lo mismo con los gobiernos que sigan, como lo hice antes.

Ocurre sencillamente que el espíritu abierto del periodismo y en caso que no se lo haya perdido, no puede desligarse por respeto propio de la construcción crítica, y está obligado a decir aquello que no comparte. Forma parte de su entidad, y su identidad. Para otras cosas, se construye un periodismo propio, es decir, las autoridades se apropian un sector del periodismo con fines determinados, y ese periodista lo asume a conciencia. Como dije una vez, el periodista es inocente, si cree en ese proyecto a ultranza, no cuando justifique, claro, lo que no tiene justificación de ningún tipo y se convierta así en un forzado creativo intelectual, o pase a ser el imperativo intelectual de ese gobierno.

Sintetizando no necesito insultar, ni hablar o escribir violentamente acerca de nadie, porque en cualquier país del mundo, lo más violento, siempre es la verdad.

YAYO HOURMILOUGUE

LA 5 PATA.

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Autor entrada: Editor

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