Opinión, hasta 2011. YAYO.

l) La explicación:

Retornamos en 2011. Andaremos trabajando este verano, como desde hace 11 años, por diferentes lugares de La Costa Atlántica, Pinamar y Marpla, cumpliendo compromisos adquiridos, sociales y corporativos.

Se va 2010, es solo una sinonimia de lo que nos sucede, de fechas pasajeras, nada cambia sino cambiamos nosotros, si no hay un esfuerzo interior.

Nos vamos de un año y entramos a otros con ocupaciones terrenales ilegales, cierta violencia que no se ha desmadrado del todo (en buena hora, aunque no faltan por ahí quienes la desean), algo de claridad tenue en temas que hubo que discutir. Con un Congreso de muy pocos logros.

Con una desigualdad que nos desafía. Con una política de sacos de seda y gemelos de oro por un lado, que no comprende lo que significa una gestión real, auto reprimida en fuertes lazos hacia dentro, protegiendo la verticalidad y sin terminar de abrirse a la sociedad. Uno a uno van cayendo tantos logros que por amarse tanto a sí mismos, no supieron ver.

Por el otro, Funcionarios Provinciales que insisten en ser rehenes del presupuesto, pero desde una comodidad de la que nunca intentaron desprenderse. Para la mayoría de ellos la coparticipación es un lujo didáctico.

A nivel nacional hay un gobierno que se ha permitido tanta exigencia popular cumplida, que ha desbordado sus logros, desacompasadamente, sin poder educar socialmente mientras lo hacía, al punto que más de un funcionario se ve incapaz de explicar lo que sucede, cuando sucede lo que nadie desea. Se ven más los avances, porque creen que pasan inadvertidos los retrocesos.

En lo macro económico, las velas están llenas de viento. En el consumo, los plásticos están de fiesta aunque con un interés alto.

Unos y otros discuten inflación sin que el remedio aparezca.

 Sobran candidatos, falta conectividad, y deberán esforzarse para encontrar algo de la credibilidad perdida. Asistimos a muchos nombres y al mismo tiempo a una incongruente escasez política.

Debido a todo esto, mi deseo deberá ser el mismo que en 2010, lo recordarás, ya que no he progresado tanto como para proponerte algo diferente. Me permito repetir la despedida de aquel diciembre.

 

YAYO.

ll) El deseo:

Nos ha devorado internet. Nos obligan a la velocidad. Nos relojean cada resultado. Aprendemos con avidez  las palabras nuevas de cada uno de nuestros hijos. No disfrutamos los patios, los lugares abiertos desde hace años. Olvidamos los aromas. Nos hemos acostumbrado a los mismos colores que nos cubren durante siete días. Nos resistimos, sin cambiar. Han sucumbido las cartas cargadas de tinta y la impaciencia de la sorpresa. Han pasado a la indolencia los viejos libros. El olor a la madera. Los aljibes y las sombras frescas. Las risas grandes en las mesas de cada familia parental, se han ido extinguiendo. Falta ese chispazo del abrazo. Esas ganas de vernos. El perro echándose a los pies. Retornar de a poco a algunas cosas, es sobrevivirnos. Recuperarnos tal cual somos o necesitamos ser, abandonando algo de esos orgullos casuales.

Rescatarnos. Por lo general, los dos tenemos el hábito de amarnos de a ratos. Como sea, Ella posee una virtud que como hombre he extraviado. Ella cuando lo hace, siempre ama mejor que yo.

Somos la 5º Pata. Que el año entrante, te abrace hasta dolerte.

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Autor entrada: Editor

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