En el norte del territorio argentino se asienta una de las mayores reservas de litíferas del planeta, lo que ubica a nuestro país en el cuarto lugar entre los principales productores de litio a escala global. Conforma, junto a Chile y Bolivia el denominado Triángulo del Litio, en cuya geografía sobresalen el Salar de Hombre Muerto de nuestro país, el de Atacama, en Chile y el de Uyuni, en Bolivia. Con más de 870.000 hectáreas disponibles para explotación –según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS)-, las reservas nacionales de litio se concentran en tres provincias: Catamarca (Salar de Hombre Muerto, Salar de Antofallá), Salta (Salar del Rincón) y Jujuy (Salar de Olároz, Salar de Caucharí). Se estima que allí se esconde entre el 10 y 12 por ciento del total de las reservas del mundo. Un verdadero tesoro de oro blanco sumergido en las entrañas de la Puna Argentina, que puede transformarse en una millonaria fuente de ingresos.
Las baterías no crean electricidad, sino que almacenan electricidad producida en otro lugar, especialmente a través de carbón, uranio, centrales eléctricas naturales o generadores propulsados por diesel. Así que la afirmación de que un coche eléctrico es un vehículo con cero emisión no es cierta en absoluto, porque la electricidad producida proviene de centrales eléctricas y muchas de ellas queman carbón o gas, que contaminan.
Por lo tanto, hoy el 40% de los coches eléctricos se basan en carbono. Pero eso no es todo.
Una batería típica de coche eléctrico pesa 450 kg, forman por lo general, el piso del vehículo. Contiene 11 kg de litio, 27 kg de níquel, 20 kg de manganeso, 14 kg de cobalto, 90 kg de cobre y 180 kg de aluminio, acero y plástico. Hay más de 6.000 células individuales de iones de litio dentro. Para hacer cada batería BEV, hay que procesar 11.000 kg de sal para litio, 15.000 kg de mineral para cobalto, 2.270 kg de resina para níquel, y 11.000 kg de mineral de cobre.
En total, se saca o remueve 225,000 kg de tierra para una sola batería.
El «Going Green» o “el volviéndose verde”, puede sonar como un ideal utópico, pero si miras los costos ocultos de una manera realista e imparcial, el «Going Green», hoy por hoy, hace más daño al medio ambiente de la Tierra de lo que parece.
No me opongo a la minería, vehículos eléctricos, pero la realidad no es tan idílica. Y estamos obligados a trabajar sobre este tema que es medular.
¿Cómo es la extracción del litio en Argentina?
Inicialmente se extrae parte de la salmuera por medio de un sistema de bombeo, para luego someterla a un proceso de evaporación en piletones cavados en las propias salinas, im-per-meabilizados, y de esa forma se recuperan las sales que están contenidas en la solución. En 2022, nuestro país produjo 33 mil toneladas de litio, el 5% de la producción mundial, y se ubicó como el cuarto productor mundial después de Australia, Chile y China, de acuerdo con datos de la Subsecretaría de Desarrollo Minero de la Nación de Jun 6, 2023
En este informe, de la Página de Agencia CyT UNLP, se reunió a cinco especialistas de la Universidad, quienes ofrecen su mirada sobre el valor estratégico del litio para la región y abren el debate sobre los aspectos más cruciales de este fenómeno. Los límites a la explotación, la protección de los recursos naturales, la falta de legislación, y el rol de la ciencia local para la consolidación de políticas soberanas en torno a la explotación y desarrollo tecnológico.
Hace 15 años el precio por tonelada rondaba los US$ 1.500. Entre 2018 y 2019, el rango de precios osciló entre los US$ 10.000 y US$ 15.000 por tonelada.
Sin embargo, no todas son buenas noticias. La Doctora Martina Gamba, investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas y coautora del libro “Litio en Sudamérica”, explica:
Bajo la legislación vigente, la exploración, extracción y comercialización está casi absolutamente en manos de privados transnacionales –con alguna mínima injerencia de alguna de las provincias como en el caso de Jujuy- sin tener el Estado Nacional ningún tipo de política o participación en la cadena de valor de algún derivado del litio.
“En Argentina no hay un marco legal que regule la extracción del litio”, coincide Guillermo Garaventta desde su laboratorio de la Facultad de Ingeniería. “En la actualidad se trata de un acuerdo entre privados donde las empresas internacionales extraen el litio y se lo llevan. Los salares en general son propiedad de particulares. El litio se extrae sin ninguna rentabilidad para el Estado; la única ganancia deriva de los impuestos que pagan las compañías por desarrollar sus actividades en nuestro país”. IVA, IIBB, y demás que los pagamos todos.
En la misma línea, Isidoro Schalamuk, director del Instituto de Recursos Minerales (INREMI- UNLP- CIC) detalla que “el litio pertenece a la primera categoría en el Código de Minería, Ley 1919. Esto significa que los exploradores y explotadores de un salar pueden solicitar los derechos a explorar y explotar los recursos, pero no son dueños de los terrenos; tienen el derecho de explotar pagando una regalía o canon a la provincia en que se encuentra el depósito y una tasa a los dueños de los terrenos. Normalmente se acuerda con las poblaciones originarias”.
El Dr Arnaldo Visintin, investigador del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA), suma un nuevo componente al debate: “América latina es un proveedor de la materia prima, pero es preciso que modifiquemos esa ecuación. Hoy tenemos una enorme posibilidad de vender el litio no sólo como materia prima, sino convertido en tecnología desarrollada en nuestro país”.
Visintin hace cálculos y asegura que “el carbonato de litio se va a mantener en los rangos actuales de precio por 20 o 30 años. Pero esto no es nada comparado a las enormes ventajas que supone transformarnos en productores de baterías. Una batería de 60 kwt que necesita un auto cuesta entre 20 y 30 mil dólares –ejemplifica–. No sólo se trata de darle valor agregado al litio; es una oportunidad para generar trabajo a través del desarrollo de alta tecnología con sello nacional”.
Bien, La Bitácora del Gobierno, un programa bastante completo, en ningún momento menciona al Litio. Precisamente porque no hay un marco legal de regulación nacional en este tema.