12 de noviembre:
Un Javier Milei solo, sin estrategias calculadas y abandonado a la suerte. Él mismo no quiso coucheo de ningún tipo, aun ante la propuesta de los más cercanos. Creyó que con los números en mano y memoria propia, bastaría.
Pero lo encimó un Massa con una gimnasia que Milei desconoce.
Un Massa del que Milei fue amigo hace tiempo. Un Milei del que Massa también fue amigo hace tiempo. No son palabras trabadas, son verdades.
“El último en dejarte es tu mejor amigo, hasta que te deja y puede ser tu peor enemigo”.
La fuente de los abrevaderos los une. La política circunstancial los separa.
Los intereses corpóreos los volverían a unir en un mañana cercano. A ellos, no al resto del país.
La inexperiencia compite con lo más astuto de lo experimentado.
Lo experimentado maneja números frescos del Estado. Todo lo que Milei imagina, Massa lo cuenta con las dos manos a cada hora.
Pese a esto, a todo lo que Milei propone, Massa le teme. Nunca imaginó que el pichón casi discípulo de otras etapas crecería hasta competirle la presidencia. Otros tal vez, pero Milei… justamente Milei. Si hasta le prestó gente para que arrancara, esos que regresaron a Massa, y esos también que no volvieron.
19 de noviembre:
¿Qué se vota entonces?
Uno dice que no es kirchnerista, pero mientras tanto los lleva primeros en sus listas, otro dice que no es de la casta, mientras carga en sus listas gentes, del que dice que no es kirchnerista. Cambia nuestra historia, no nuestros políticos.
En economía, uno va por un shock definitivo en un lapso de 1 o 2 años si permiten que suceda, y quiere lo que la mayoría no quiere, dolarizar, si lo dejan, el otro avanza casi a los mismos cambios, aunque sugiere sin mencionarlo 4 años con opción a hipotéticos 8, se palpa en su convocatoria nacional.
Devaluar en cualquier caso, actualizar tarifas y combustibles y la mar en coche, la macro sincerando nuestros números, el FMI, serán inevitables para cualquiera. Si la corrupción sigue o no, no se sabrá por buen tiempo.
Asusta mucho cierto periodismo de interés locuaz, tejiendo dramas de teleteatros que ya no conmueven a nadie, extensos, que la gente ya no escucha. Grandes charlas de cafés pagos.
Se autodestruyó por una ausencia de liderazgo JxC. Se vaporizó una parte importante de un radicalismo manco. Ya venía manco. Ambos siguen enfermos. Cada diputado y senador se ata desesperadamente a su banca.
Queda en punta una supuesta salvación jamás imaginada ni por los mismos candidatos hace apenas un año. Hace un año no imaginaban ser candidatos. La oposición que no fue oposición, les facilito el juego. Solo los fanáticos e interesados de un lado y otro rivalizan como si se tratara de un tema de vida o muerte aunque piensen en sí mismos, antes que en la más insignificante otredad.
Son los nuevos aplaudidores.
Milei se llevara los votos de quienes no quieren más corrupción, no tanto de quienes quieran un cambio. Se llevara puestos los votos del cansancio por lo conocido. Y Massa pelea los votos de quienes creen que más vale malo conocido que bueno por conocer, sobre todo por las características de Milei, apuntando a su inexperiencia y a un programa contradictorio en más de un anexo, y a más de una candidata a a legislador, que no saben donde estan parados.
Argentina física y químicamente milagrosa.
Mañana, la semana que viene, el mes que viene, el año que viene y por 4 años más, te vas a levantar a la misma hora intentando trabajar y reinventarte para que cada día te alcance menos la plata. Y si hay salud y jubilación, seguirás trabajando. Más que ellos, y por menos. Ningún político que pasó, «nin-gu-no», te acostumbró a creer en otra cosa. Ni los que desaprovecharon el país en sus mejores etapas despilfarrando todo y hoy cobran una jubilación de 13 millones, ni los que prometieron Pobreza Cero, y que hoy no necesitan plata.
Nadie dice como devolver desde 2003 cada faltante, lo robado, lo pedido prestado afuera sin explicaciones creíbles, nadie te dice que tenes derecho a no creer, y que si votas, es por pura responsabilidad y con menos certezas que nunca.
Dudar, es un derecho que nadie puede arrebatar.
Gane, circunstancialmente, quien gane.
El domingo 19 de noviembre, luego de las 21 hs, sabremos, no quien fue el mejor, sino quien tuvo más suerte, o a quien catapultaron una cantidad mínima de urnas, por ahí, hasta mal contabilizadas.
Esperemos que sea en paz.