Pseudo mapuches quemando vivo a un propietario. Un gobierno nacional que no interviene. La farsa ideológica que resiste toda verdad.
El gendarme, Julián Ibáñez asesinado en Esteban Echeverría, quien enviaba casi todo su sueldo a su madre. Un disparo en la cabeza por jóvenes que no estudian ni trabajan, menores, una más entre decenas de muertes por semana. Violencia.
Solamente dos ejemplos; Santa Fe decide que cada estudiante pase de grado, sin saber. Y estudiantes en viaje de egresados que paga cada bonaerense de su bolsillo, para un demagógico y propagandístico Kicillof.
Los hechos, indican que el país no importa. Hay más.
Por la Señora, dicen en la oposición, para evitar su victimización, se frena el proyecto de ficha limpia.
Ingobernabilidad. Autogolpe que no resiste disfraz alguno. Y una oposición que no quiere hacerse cargo del gobierno, caldera en llamas, ante la peor emergencia, por una interna que aún debe dirimir y, en medio, un Mauricio Macri que cree que puede ganar 2023 trepándose al pasamanos, mientras es despreciado bajo reservas, por candidatos potencialmente serios de su propio partido. Salvavidas de plomo, lo llaman.
Un dólar que vuela entre varias versiones de sí mismo, en una economía en la que nadie confía.
Un campo que no cree, y una izquierda que lo detesta. Un gobierno que le exige más para malgastar lo que espera de ese sector al que aun consideran de economía primaria. Si una campaña de soja puede salvar en lo inmediato a toda la Argentina productiva, estamos peor de lo que imaginamos.
Una propuesta sobre tarifas cuya actualización no debe ser discutida, presentada por el gobierno en tres categorías donde Afip confirma cada dato, y donde además todos parecen ricos en la segunda categoría, siendo pobres y cumpliendo con cada impuesto. Pseudo Mapuches otra vez, pretendiendo cobrar parte del gasoducto que pasa por cada terreno que apropiaron. Una Energía ausente, tironeada por funcionarios de aquí y de allá como si fueran perros salvajes.
Un Presidente que ante cada declaración ya no puede seguir explicando nada. Una vice temerosa de la justicia con un único propósito evidente, dando catedra de economía a aplaudidores ignorantes, desafiando jueces, negando lo que debería ser para ella y sus hijos, una cuestión irremediable.
Jueces cómodos, cómplices de la política y cuando no, practicando en zoom lo necesario sin pisar los juzgados, durmiendo causas a conveniencia, sujetos que NO tributan ganancias y paralizan sentencias mientras pagamos sus sueldos vía impuestos. Centena de fiscales que parecen desconocer las necesidades de un ministerio público.
Una poderosa inflación que no te permite ver la próxima semana.
Jubilados pobres de toda pobreza, y funcionarios ricos sin excusa alguna en los tres poderes.
Canales de TV vergonzosamente distractivos o en grandes y evidentes operaciones.
Empresarios que te aman cuando necesitan, o te desconocen, cuando se los convoca. Temerosos de enfrentar al otro poder, el político. Si el empresario, el emprendedor, se acobarda ahora, como antes, cada momento será peor. Eurnekian y Funes de Rioja avergonzando lo que ya no podrán simular ser, para pedir después que no se difunda tanta complacencia ante un ministro. Tarde.
Piqueteros con intermediarios que no te dejan laburar y con jubilaciones sin aportes, mientras quienes están al día no podrán sobrevivir. Un mundo sin salida inmediata. No le pidan a un piquetero que proponga soluciones, si las supiera, no estaría ahí, cortando.
Sindicatos más gordos que nunca, legalizados, sin paro alguno en esta etapa. Y Grabois, Lumpen profesional, exigiendo un salario universal y hablando de “dejar la sangre”, lo que ya el ciudadano ha hecho para que tipos como él viva bien. No es el único, por el otro extremo hay más, un producto caótico y creado de antemano como Milei, dónde el apoyo de ciertos ciudadanos alberga el desconocimiento y tapa propósitos peligrosamente destructivos.
Saltan los extremos cuando en el medio hay tan poco. O nada. El medio, que tampoco lo es, vendría a ser el Gobierno y sus tres poderes.
En un mundo Global, no hay otro, el mercado no es el enemigo, el mercado es lo que los estados con medidas arrogantes y gastos desproporcionados hacen de él. El mercado son hombres y mujeres que no viven del estado, contrariamente lo alimentan a disgusto y lo soportan. Hasta se endeudan para satisfacerlo no pudiendo dar más, comercios y PyMES, trabajadores en blanco, cuentapropistas al día.
Un peronismo que ya no es tal y que delata una Argentina empobrecida en su matriz más medular. Si el General viviera, seguro, no sería peronista.
Un jefe en diputados que avergonzaría a sus parientes sin mover un pelo, negocia y espera la suma de ciertos poderes, sabe que tiene esa opción, no sabe, que los argentinos tampoco le creen, menos aún a él. El ensamble de nombres que lo convoca, tampoco lo sabe. O no les importa. Basta con venderlo como algo nuevo, como un cambio. Es el desprecio a la inteligencia ciudadana.
Una Vice Presidenta donde curiosamente un ciudadano medio, respetuoso, tolerante, que dilata su paciencia a más no poder, es imposible que ya soporte verla en cualquier pantalla. Es más que desgaste. Es la suma de la decadencia.
La agonía Cristinista o Cristiniana llega a su final por exceso de poder, mal trato, escarmientos endurecidos, diferencias imperdonables, ausencia de respeto a quien no piensa como la señora, rencor político, impunidad y sobre todo, pésimos resultados políticos y económicos. Si arrodillado El Cristinismo no se rinde, con una Cámpora corporizada en el congreso como último e increíble bastión, incapaz de sacar gente a la calle sencillamente porque ya no la tienen, es porque como capitalistas de estado, aún suponen que la sociedad es manejable. O son ciegos y sordos, o tiene razón.
Como estratégico sería imperioso no preocuparse, a lo sumo el Ciudadano será más pobre de lo que es, clase media o no. El problema lo tiene el poder por desconocer a la sociedad al mismo tiempo que se enriquecía. Esta crisis nos adelanta que cualquier salida podría ser válida.
Han ido en subida hasta el Poder Moral Pobre, paupérrimo, un derroche de poca inteligencia en un liderazgo mantenido con recursos económicos hacia dentro, por presiones permanentes, sin demostrar talento alguno. A los gobernadores no les va mejor.
Si se va Él, si asume Ella, sí… nada podrá cambiar la realidad social, más vale estar atentos a las próximas elecciones. Analizar qué te proponen quienes participan, en tanto arreglen sus entuertos.
Pasaran años, para que desde afuera nos crean y llegue un puñado de dólares.
Hay gente capaz en Argentina ¿Se contagiarán de poderes como estos?
De ser así, nuestro problema es otro y más profundo. No repetir Cristinismo con corrupción, ni Macrismo con Lombardismos como política inconducente de amigos sin buenas gestiones demostrables, sería un paso adelante, lento y aún incierto, aunque un paso mejor dado.
Esta gravedad tiene al menos algo positivo, cansados, nos obliga a más.
Resignados de no recuperar nunca lo perdido, pérdidas que involucran pasado y futuro inmediato en imágenes que representan que no nos han robado solo trabajo y dinero, sino sueños, esperanzas, partes innegociables de la vida de cada uno, sí, esa totalidad infame nos obliga a más, nos exige no perdonarlos.
No perdonarlos.
Después de todo, y como Borges dijo; “las opiniones son lo más superficial que hay en alguien”.
YH