Opinión: De Chamanes y Chamales políticos.Y.H.

 

En Grecia, allá por el 368 a. c., Platón escribió en el Fedro, que «las primeras profecías fueron las palabras de un roble», y que todos los que vivieron en esa época encontraron suficientemente gratificante «escuchar a un roble o a una piedra, mientras dijera la verdad».

Situémonos por un momento en la «Casa de Julieta», en Verona, al norte de Italia, donde cierto revisionismo nos da cuenta de las familias de cada uno de ellos, los Montesco y los Capuleto, rivalizando hasta la muerte, aunque Dante más bien habla de las diferencias comerciales y políticas de las familias, ubicando la situación en el Purgatorio. Mientras que Girolamo Della Corte, los ubica en el 1300 y no en el año 1500, asegurando que las familias y la pareja, existieron.

Como sea, nadie desconoce la versión de Shakespeare; dos jóvenes incomprendidos que murieron por amor, aunque en verdad mueren a causa de sus propias familias.

En el primer caso, Platón desarrolla lo “espiritual”, un roble o una piedra, con tal de escuchar la Verdad. En el segundo caso, en Italia, el amor fatal es el último destino de una guerra política y comercial.

En cada caso, el Chamanismo aparece. El bueno en Platón, el peor en Italia. Chaman es lo que podemos traducir como aquellos individuos que utilizan “La palabra vaga para definir desde la supuesta espiritualidad lo que no aciertan a explicar desde la lógica real. Vale decir, que no retroceden ante la evidencia. A casi cualquier doctor brujo salvaje que se pone frenético respecto a temas que maneja desde lo espiritual ante la posibilidad de perder la posición adquirida, se lo venera y se lo condena, son Chamanes. De hecho, los mongoles lo llamaban Mago y lo consultaban antes de cada guerra. Así los Chamanes extendieron su espiritualidad demagógica, hasta que un día, la ciencia, la cuántica, la física y los hechos, y el hambre y la monopolización de grupos, acabaron con cada uno de ellos.

Regresemos  a nuestros días y a nuestro terruño.; Si todo lo que perdemos puede ser mencionado, es porque todo lo que perdemos, tiene un nombre. Aunque a veces es incorrecta o intencionalmente incorrecta su aplicación.

Así como hemos definido a un Chaman, un Chamal es para Sudamérica quien ofrece y consagra su vida a la madre tierra. Un término que provendría de nuestros indios araucanos, ya que al mismo tiempo llamaban Chamal a la tela con la que se cubrían el cuerpo, es decir, con lo que se protegían.

Los incas construían puentes colgantes, y los cruzaban durante la niebla con su gente, con sus familias, para impedirles mirar vacío y altura, porque era espeluznante.

De la espiritualidad, del amor que termina mal, de los intereses, de lo frenético y hasta de la protección real o simulada, hay un camino breve en el que todos tenemos un poco de Chamanes, y algo de Chamales. No dejamos de ser animales políticos. Que sea bueno o malo, depende de la contención o del desborde. De la realidad o de la distorsión. De la intencionalidad y del interés, personal o colectivo.

Acaso por eso Rossi, reciba hoy una pago de ingratitud de sus pares por la causa en la que tanto creyó, y deba ser ahora “el Chivo que no enamoro al electorado santafesino”, según las palabras del Chamanismo Político mas exultante, incapaz de analizar una verdad que acercaría otras respuestas de mayor solidez y significado, aunque dolorosas para el emisor, pero donde al mismo tiempo permitirían aplicar un análisis más realista a la situación, sin olvidar la 125 como tantas otras verdades. En todo caso, lo que resulta necesario es evitar la falta de respeto intelectual hacia las mayorías así como a las minorías, propias y ajenas, aceptando gratuitamente respuestas de esta naturaleza, cuando para un funcionario de un gobierno, si se gana forma parte del triunfo, si se pierde, la responsabilidad es solo del candidato.

No se está asumiendo que importa más la verdad aunque venga de un roble o una piedra. No se asume que el egoísmo familiar “partidario” mata a los enamorados, tampoco que hay que proteger a las familias para que no miren al vacío con el fin de preservarlas, ni se piensa en la madre tierra que es ver al país asumiéndonos como una diversidad dentro de la totalidad. Se insiste con lo contrario.

Antes, por fidelidad a un Partido un elector olvidaba circunstancias pasadas. Hoy, las recuerda. Esa es una de las razones de los resultados electorales a los que estamos asistiendo.  De alguna manera lo que la sociedad está haciendo, es negar las Verdades Absolutas, provengan de donde provengan, y más aun si son verticales. Pero se llegará a un octubre donde no se vote, sino donde se opte, y esta Nueva ley contempla un 40% del electorado para acceder a la primera Magistratura. En octubre se polarizará la Verdad Absolutista que no acepta corrección ni crítica, contra Personalismos Opositores que deberán recurrir a Alianzas, de los que saldrán luego de agosto uno o dos nombres, después de haber sacado cada trapo al sol. Es cuando cada candidato deberá tener claro que una cosa es crecer, otra cosa es agrandarse.

Lo que viene debería ser menos vertical, y menos transversal si alguna vez lo fue. El ciudadano espera por un principio de construcción horizontal y participativa, en un momento en el que es el mismo político el que lo inmoviliza aunque pregone lo contrario.

Si Miguel Del Sel en pocos días, pone en vilo años de militancia y discurso, si el MKT político de capital, y con poca gestión hasta la actualidad se impone ante una militancia que se autoproclamaba experimentada y a la que no le faltaban fondos, en octubre entonces no se define un cambio, gane el oficialismo o un nuevo candidato opositor, lo que se define es un camino desconocido, aunque se echará mano a viejas formulas que nos han traído hasta acá. Es decir, estamos caminando en redondo, y la gente comienza a advertirlo. Y acaso por ese “comienza a advertirlo”, sea la Gente esta vez la que haga algo por la política, antes que la mayoría de los políticos por la Gente.

Se trata de una Verdad Cegada, o de una Verdad con Ceguera. No estamos ante una nueva política o una nueva forma de hacer política. Estamos en una etapa donde a la exigencia de cambios profundos se le sigue respondiendo con improvisación y desesperación personales.

Yayo Hourmilougue.

La 5PATA

 

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Autor entrada: Editor

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