El lugar de cada uno.

Salvo a algunas PyMES, a las Empresas no les va mal. Con quien hablo, esperan un 2011 mejor o parecido. Y si a las empresas no le va mal, y si hacen lo que deben, si reinvierten, si mantienen o suben la producción, si practican políticas comerciales ventajosas o estables con otros países, seguramente 2011 será como esperan, igual o mejor. Sin descuidar la empleabilidad fija o la terciarizada. Y sin olvidar que hay que remediar la producción agropecuaria para medianos productores.

En lo particular una sola cosa me preocupa y no es menor, la Política nativa en general. Me intranquiliza que la política global local no esté acompañando este crecimiento desde el preciso instante en que no soluciona el tema social.

Hay preocupación por lo masivo de Movimientos que a simple vista y con foco desde la Ciudad de Buenos Aires (totalmente vulnerable en lo social y en esta gestión, digámoslo) avanzan sin control, pero donde el Gobierno Nacional no puede renunciar a la parte que le concierne e involucra.

Lo nacional debería abandonar especulaciones políticas para aplicar lo político. Ambos demuestran una ineptitud que ya no puede disimularse. Habrá varias lecturas, pero lo que está alarmando por estas horas a la ciudadanía es cualquier posible consecuencia masiva. A quienes apuestan al crecimiento del país también.

Quien trabaja, quien asume responsabilidades, está despreciando cualquier toma compulsiva, sean espacios públicos o no, incluyendo en esta lectura a habitantes humildes y decentes. No se trata de la nacionalidad de quienes lo hacen, se trata de las actitudes demandantes que quedan fuera de cualquier idea de legitimidad, de derecho social y legal.

Tendrán tiempo los políticos de buscar culpables entre sí, ahora es momento de fijar límites activos a quienes se excedan, para lo que no es necesario reprimir salvajemente, sino ejercer la facultad que todo Estado tiene. Se corrige con gestión, no con discursos.

Hace años que las Escuelas alimentan, que las escuelas visten, descuidadas, abandonadas por los Estados. Ocurrió que las escuelas no alcanzaban para contener una demanda que incluso no les correspondía, entonces se sumaron instituciones en todo el país que complementaron hasta donde pudieron esas necesidades.

Hubo al menos dos generaciones (o tres), que pasaron por las escuelas solo a comer, nunca a recibir una transferencia del conocimiento, porque esto ya superaba a cada  docente. Comprobamos hoy que hay quienes comen de día en la escuela, y hasta llegan a saquear la propia escuela donde comieron al mediodía, por las noches, un puñado, pero son los mismos inadaptados que hoy no comprenden. Su accionar moviliza a quienes menos tienen.

Nada de esto sería posible sin Estados permisivos que no aplicaron los límites necesarios en cada momento, pero que tampoco ofrecieron nada más que promesas. Desde hace años, se mata por una zapatilla de marca, un ciclomotor, o un celular. Ahora, y razones existen, quieren más. Hay que darles lo que quieren, condicionándolos.

Lo malo, puede ser una gran oportunidad.

Hay fallas de manual en la Comunicación del Gobierno de la Ciudad y en el Nacional (pierden de vista la inteligencia más elemental de lo que deben hacer, por el despropósito de agitar culpas, cuando en realidad ambos son culpables, sería bueno que se enteraran).

Llegó la gendarmería para armar el perímetro de seguridad en Soldati, ambos gobiernos anunciaron un censo, y horas después también llegó gente de todas partes, se tiraban de los trenes antes de que se detuvieran para lograr el parque y ser censados, allí fue donde gendarmería y prefectura lidiaron con lo inesperado.

Las tomas no crecen porque sí, sino porque no hubo solución a la primera de ellas. Por ahora son pobres contra pobres, luego serán pobres contra cada poder.

Mediante cooperativas se puede hacer mucho, aunque la experiencia de entregarles dinero a los Municipios ha sido nefasta. Habrá que corregir eso. Exigirles trabajo a los beneficiarios evitando cada puntero, y controlar el cumplimiento que se les imponga. Cada Estado deberá decir y hacerles firmar qué concede y en qué términos, sin regalar nada. Y hasta podrían recibir una parcela y los materiales para cada vivienda siempre que dentro del acuerdo se estipule un clausula donde se les exija el compromiso y el control inexcusable de que cada hijo menor concurra a una Escuela. El que no firma, no tiene tierras ni materiales, y el que al año no cumple, las pierde.

Además, debería planificarse cada barrio con su propia escuela, con su Club o su Polideportivo.

Observo mucho silencio en una multitud de políticos y funcionarios que hasta hace un mes decían como había que arreglar el país.

Hace un mes estábamos en una Campaña inicial, ahora hay problemas reales.

Es mi deseo verlos trabajar en este tema, desprendidos de cualquier camiseta partidaria. Los errores sociales están poniendo en riesgo, de continuar creciendo, cualquier gobernabilidad. Y mi mayor vocación es que se continúe votando regularmente, que no haya ningún otro gobierno, nacional o en la Caba que deba postergar su mandato.

Veo al Gobierno Nacional demasiado tranquilo, al Gobierno porteño totalmente desorientado e inoperante, repitiendo lo mismo porque ya no sabe que decir o que hacer. Sería bueno que Scioli se vaya adelantando a estos temas, lo mismo que muchos gobernadores.

Y sería bueno que una buena porción del Periodismo contribuya otorgando aire a cada propuesta y no teatralizando cada crónica, pintando de amarillo y rojo cada cosa que se mueve.

He apagado el televisor más de una vez en estos días porque francamente, hay que deteriorar mucho de uno, para soportar ciertos desarrollos que más parecen novelas latinoamericanas.

Somos la Quinta Pata.

YAYO HOURMILOUGUE.

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Autor entrada: Editor

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