Capacidades económicas, hábitat y vivienda, calidad del empleo, salud y bienestar de las personas mayores
Buenos Aires, octubre de 2024. La Fundación Navarro Viola y el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Pontificia Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), a través del Barómetro de la Deuda Social con las Persona Mayores, invitan a participar en la presentación del documento estadístico «Desafíos y oportunidades en el envejecimiento: Un balance de la última década en la Argentina». El acto tendrá lugar el miércoles 16 de octubre a las 10 h bajo la modalidad presencial en el Salón Carlos Valiente Noailles, Av. Pte. M. Quintana 174, CABA. Para participar es necesario inscribirse previamente en el siguiente link.
Contará con la participación de panelistas destacados como Enrique Amadasi y Solange Rodríguez Espínola, quienes compartirán su experiencia y análisis sobre el envejecimiento en Argentina. El evento tiene por objetivo ofrecer una mirada profunda sobre los principales retos y oportunidades que enfrentan las personas mayores en nuestro país. La publicación brinda información indispensable para profesionales de la gerontología, funcionarios políticos, equipos técnicos y personas mayores.
Sobre el documento «Desafíos y oportunidades en el envejecimiento: Un balance de la última década en la Argentina»
El nuevo estudio del Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores presenta cinco secciones:
La sección 1 da cuenta de las capacidades económicas, o sea, las condiciones de subsistencia de los hogares con personas mayores. Incluye seis indicadores: pobreza multidimensional, insuficiencia de ingresos, inseguridad alimentaria, dificultad en la atención médica por cuestiones económicas, dejar de pagar impuestos, servicios, cuotas o alquiler y percepción de programas sociales de transferencia de ingresos o asistencia alimentaria directa.
De estos seis indicadores, tres son novedades: inseguridad alimentaria, dificultad en la atención médica por cuestiones económicas y dejar de pagar impuestos, servicios, cuotas o alquiler. Respecto de la pobreza, la novedad es que se incluyó también un indicador sobre pobreza extrema.
La sección 2 trata de tres dimensiones del hábitat y la vivienda: vivienda precaria, acceso a servicios y hacinamiento.
La sección 3 presenta la novedad más importante del estudio: calidad del empleo en aquellos mayores que continúan económicamente activos. Aunque es cierto que a medida que se envejece, disminuye la participación en los mercados laborales, en todo el mundo y también en la Argentina, el aumento de la longevidad va acompañado por la tendencia a permanecer económicamente activos más allá de la edad de acceso a la jubilación. Se indagó sobre si la calidad de esos empleos es distinta o no a la de la población económicamente activa sub 60. Para esto, se incluyeron cuatro indicadores: empleo pleno (de derechos), empleo precario, subempleo inestable y desempleo.
La sección 4 está dedicada al estado, atención y necesidad de salud. Los indicadores son: déficit de estado de salud percibido, malestar psicológico, déficit en la práctica de ejercicio físico, calidad de sueño y déficit de consulta médica.
La última sección -la 5- está dedicada al bienestar subjetivo, a partir de cuatro indicadores: déficit de proyectos personales, sentimiento de infelicidad, apoyo social estructural – nuevo indicador -y sentimiento de soledad.
En esta oportunidad y en al marco del décimo aniversario, se incluyen resultados sobre las personas mayores en el contexto del conjunto de la población. Esto se vio facilitado porque en varios de los documentos más recientes del ODSA se viene difundiendo información según grandes grupos de edad, lo que permite ver la especificidad de la población de 60 años y más en los aspectos más variados.
Los resultados que se presentarán justifican la inclusión de la variable “situación conyugal actual” (viudos/no viudos), condición tan importante entre las personas mayores.
No hay vejez, hay vejeces
Los estudios anteriores de esta línea de investigación permitieron acuñar una frase que expresaba todo un resultado: no hay vejez, hay vejeces. No hay “un” tipo de persona mayor expresado por una cifra promedio que resuma las vejeces de los 6 millones de mayores de los primeros años de 2010 -cuando se iniciaron estos estudios- o de los casi 7,5 millones actuales, conocidos los resultados del último censo demográfico -2022-.
Es importante tomar con cierta precaución las cifras promedio para todas las personas mayores, cualquiera sea la dimensión analizada ya que reconoce mucha dispersión según distintos atributos. De nuestros estudios surge que los factores diferenciales son los que expresan las desigualdades sociales. En la vejez en Argentina pesa mucho el nivel educativo alcanzado, especialmente el haber finalizado o no el secundario. Esto es mejor predictor de una buena vejez que la edad cronológica. Y especialmente pesa el nivel socioeconómico. Frecuentemente las diferencias entre los diferentes niveles y estratos son importantes y en algunos casos, abismales.
Este enorme peso de los indicadores de desigualdades sociales hizo que en este documento se incluyera la condición de pobreza, medida según el enfoque multidimensional y tal como se aclara en la sección 1 de este documento. La evidencia aquí presentada permite ver que la condición de pobreza -multidimensional- tiene un peso enorme en los resultados de todos los indicadores.
También pesa mucho el tipo de hogar: No es lo mismo vivir solo que vivir acompañado. Y no es lo mismo vivir acompañado por alguien también mayor o en un hogar que incluya aún no mayores -los sub 60-. Es por este motivo que los resultados están desagregados por estas “variables de corte” que sirven para segmentar este colectivo enorme y heterogéneo de 7,5 millones de personas y comprender mejor sus condiciones de vida.
|
|