En ese sentido, Grinman resaltó que “los trabajadores son inteligentes y saben que si al empleador no le va bien tienen que sentarse a dialogar”. A su vez, enfatizó que “el Gobierno no debe inmiscuirse en las relaciones entre privados porque genera distorsiones. No es lo mismo un comerciante en Santa Fe y Callao, donde circulan personas cada minuto, que uno de La Quiaca”.
“No es el tema salarial un obstáculo. Entendemos la realidad laboral y las necesidades. El tema es que hay que ser muy cuidadosos porque no todos pueden cumplir”, añadió Funes de Rioja y acentuó: “Nosotros creemos en las paritarias. Hace un año y medio que venimos conversando con el Gobierno para que no interfieran en ellas”.
Por su parte, Pino reafirmó que “desde la Sociedad Rural no podemos afrontar, como sector, el pago de ese dinero, más allá de la situación individual de cada productor”. Agregó: “Se desconoce la realidad. Un funcionario que pretende imponer una medida como esta del bono desconoce la atomización que hay en la actividad agropecuaria”.
También, los empresarios coincidieron en los problemas que atraviesa la economía nacional: la contracción de la demanda, pérdidas de mercados para exportar, baja del consumo energético, falta de confianza y certidumbre, escasez de repuestos y bienes de capital -por las trabas en las importaciones- y dificultades para la reposición de los stocks vendidos.
Por último, los cuatro hicieron un llamado al diálogo de toda la clase política y los distintos sectores sociales y estuvieron de acuerdo en que el próximo presidente cuente con la capacidad de devolverle la dignidad a todos los argentinos.