Las modelos de predicciones más optimistas sugieren que si no se mejoran las políticas a nivel global sobre cambio climático, para el año 2085 se incrementará entre un 50 y 60% la proporción de personas en riesgo de contraer zoonosis en el mundo
Dr. Ariel Toloza,
Profesor titular de Toxicología Ambiental de la Universidad CAECE (*)
Si la historia de la Tierra se resumiera en 24 horas, sólo 4 segundos le corresponden a la presencia de la especie humana. Con esta afirmación sería oportuno reflexionar en cómo unos seres con el pulgar oponible y que caminan erguidos, han podido en muy poco tiempo generar tanto impacto sobre otras especies y sobre los ecosistemas. Es de esperar que sea la misma especie la que ayude a sanar a este planeta azul llamado Tierra.
Las zoonosis se definen como las enfermedades e infecciones que se transmiten naturalmente entre los animales vertebrados y los humanos. Aproximadamente el 60% de las enfermedades infecciosas emergentes (EIEs) tienen un origen zoonótico y son una gran amenaza para la salud mundial, economía y seguridad. El mantenimiento de los patógenos y parásitos de origen zoonótico puede llevar a epidemias como Covid-19, Ébola, Peste bubónica, gripe aviar y porcina, entre otros, o a enfermedades esporádicas tales como la Leptospirosis, Hantavirus, Dengue, Zica y Chikungunya, entre otras.
Se ha demostrado que existe una relación directa entre el aumento de la temperatura y la extensión geográfica o mayor latencia estacional de los vectores responsables de dichas enfermedades. El panel de cambio climático intergubernamental (IPCC, siglas en inglés) reveló que entre el período 2001 y 2020 la temperatura de la superficie global aumentó 1°C con respecto del período preindustrial (1850-1900). Asimismo, los expertos predicen un aumento en la temperatura de 0,2°C por década.
El calentamiento global y las variaciones geo climáticas tienen una gran influencia sobre las enfermedades zoonóticas ya que alteran la dinámica de las poblaciones de los hospedadores, vectores y patógenos. Esto se debe a que la transmisión entre los animales y los humanos está influenciada por procesos ambientales y socioeconómicos muy marcados ya que en la mayor parte de los casos, la población junto con sus animales terminan por interactuar con animales salvajes debido a los cambios en el uso de la tierra, modificaciones de las fuentes de alimento y deforestación, entre otros. Esta situación ha llevado a la aparición de zoonosis con reservorios silvestres en áreas nunca antes registradas.
Es por ello que es de suma importancia entender y comprender las variables o factores principales presentes en cada sistema para intentar predecir donde y cuando las infestaciones a humanos puedan ocurrir. Un ejemplo de ello es lo que ocurre en Brasil en donde existe el programa de detección de fiebre amarilla (enfermedad transmitida por mosquitos) que está basado en el seguimiento epidemiológico de primates no humanos -como centinelas- que ha sido de gran ayuda en las estrategias de vacunación permitiendo que se puedan controlar los focos iniciales en los municipios afectados.
Las modelos de predicciones más optimistas sugieren que si no se mejoran las políticas a nivel global sobre cambio climático, para el año 2085 se incrementará entre un 50 y 60% la proporción de personas en riesgo de contraer dengue en el mundo (actualmente hay un brote de Dengue que ha afectado a más de 30 mil personas en varias provincias de Argentina).
El desafío para el presente, donde ya no podemos seguir pasando la responsabilidad al futuro, consiste en coordinar adecuadamente la información proveniente del ámbito científico y poder transmitirla a los sectores que toman decisiones para que se puedan implementar o mejorar los distintos programas de prevención de enfermedades zoonóticas. En el mientras tanto, seguramente la protagonista de la reconocida historieta Mafalda de Quino, le siga tomando la temperatura a la Tierra, y reflexionando qué podrá hacer la humanidad para bajarla.
(*) El Dr. Ariel C. Toloza es Profesor titular de Toxicología Ambiental de la Universidad CAECE e investigador independiente del CONICET. Trabaja en el Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas (CONICNET-UNIDEF). Forma parte del comité internacional de la ISOP (Sociedad Internacional de Phthiraptera) -Sociedad internacional que estudia diversos aspectos de la biología de los piojos y su interacción con los hospederos animales y humanos y es editor invitado de la revista científica Current Tropical Medicine Reports -.
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Claudia Barrozo