Es la repetición de uno en el otro, o acaso al revés, el otro metido en el andar de uno. Es la vibra. Es el amigo. No hay muchos. Somos pocos y jodidamente selectos. Desagradablemente perversos en la continuidad. Egoístamente rebeldes en la claridad. Espontáneamente honestos en la dificultad.
Enfadados sistémicos ante la decadencia crónica.
No necesitamos ser similares, la diferencia nos une, ayuda a parecernos en la confusión de la vida donde solos, podríamos morir, y juntos, salir empapados o chamuscados para renacernos en lo mejor o lo peor, riéndonos.
No es solo el mate, el asado, la salida, la carcajada, el viaje, lo compartido, la memoria, el enojo, la no renuncia, no, es llegar cada tanto a decirte de golpe, puta carajo, que ganas de verlo, de verla, que tengo. Con los brazos repletos de cuerpo acercado al pecho, en el acierto o la duda, es llenar por completo ese espacio entre el que llegas y te vas… para llegar siempre y no irte nunca.
YH
(Crédito portada Koax Magazine)