SE ANALIZA UN PARO –
Este jueves 23 de junio, reunidos en Congreso Nacional de Delegados/as, con la firme convicción de entender el rol que nos toca, como representante de las trabajadoras y los trabajadores de todo el Sistema Educativo a lo largo y ancho de la Argentina, expresamos:
En mayo, una familia de cuatro integrantes necesitó casi $100.000 para no ser considerada pobre. Miles de familias docentes se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
Los incesantes incrementos de precios que impactan en la Canasta Básica Total (CBT) (contiene los bienes y servicios indispensables para sobrevivir) resultan un permanente golpe al bolsillo.
Claramente no es posible sostener y satisfacer las necesidades de una familia con los salarios que percibimos. El salario mínimo inicial es de $55.000. En todas las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hay docentes que no cubren sus necesidades básicas con el salario que perciben.
No sólo los y las docentes sufrimos la inflación. La pérdida del poder adquisitivo la notamos quienes trabajamos en las escuelas. Nuestros/as alumnos/as denotan el impacto que alcanza a sus familias. Se ha incrementado la deserción y abandono escolar.
Las familias en gran número intentan reorganizan sus economías para poder dar de comer a sus hijos/as y la escuela pasa a constituir una exigencia de segundo orden.
El hambre, la pobreza y los problemas históricos que concurren al Sistema Educativo impactan decididamente sobre la Educación y su futuro.
Advertimos con profunda preocupación, como entidad sindical docente con objeto asociacional que tiende a la justicia social, que la crisis a la que asistimos puede tener ecos insondables próximos, con fundamento en el presente.
El Congreso Nacional de Delegados y Delegadas apoya cada reclamo salarial en las provincias. Y pondera necesario que la Comisión Directiva Central continúe con el trabajo de pelear por nuestro salario en el ámbito paritario. Reclamar la ejecución de las cláusulas de revisión y seguimiento las veces que se pondere oportuno.
La exclusión social, la precarización en el mundo laboral, la dificultad de acceso a los servicios esenciales, los bretes existentes que dificultan el acceso a las tecnologías de la información y comunicación, los bajos salarios y la falta de incremento en la inversión educativa llevada a niveles superiores que los actuales (para resolver los innumerables problemas del Sistema) nos coloca en el lugar del reclamo sincero.
La calidad educativa no sólo depende de diseños curriculares, contenidos o estrategias pedagógicas, sino especialmente del lugar en que se coloca a la o el docente.
Apelamos a la sensibilidad política que tiene la noble responsabilidad de conducir los destinos de nuestro pueblo a que comprenda que nos apremia el tiempo y necesitamos respuestas urgentes.
Reclamamos, además, con enjundia inclaudicable que las jubiladas y los jubilados docentes perciban mejores haberes y se respete el régimen del sector.
Este Congreso docente compele a las autoridades políticas a la pronta atención de nuestros urgentes reclamos.
Advertimos, asimismo, que, de no encontrar respuestas, habilitamos a los cuerpos orgánicos de conducción (Secretaría General y/o Comisión Directiva y/o Consejo Directivo nacional) a convocar a PARO DOCENTE a nivel País, en todos niveles y modalidades del Sistema Educativo en el amplio territorio nacional, hasta alcanzar la atención política y gestión de las reivindicaciones expresadas que los tiempos actuales requieren.