El escritor arremetió contra la organización del evento de la industria literaria, además de denunciar los excesos de los productores nacionales de papel y remarcó el rol del predio ferial de La Rural durante la dictadura militar.
28/04/2022
Foto: Mariano Martino
El esperadísimo regreso de la 46 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, finalmente se materializó durante un acto celebrado en el Salón El Central del predio porteño de La Rural, donde la expectativa del reencuentro presencial tras dos años de ausencia se tamizó con fuertes críticas y reclamos en torno a la falta de papel en el país, al rol del Estado en las políticas culturales y a una situación global donde la inflación fue uno de los factores más aludidos.
«Decir Feria implica decir comercio. Esta es una Feria de la industria y no de la cultura aunque la misma se adjudique este rol. En todo caso, es representativa de una manera de entender la cultura como comercio en la que el autor, que es el actor principal del libro, como creador, cobra apenas el 10% del precio de tapa de un ejemplar», dijo el escritor Guillermo Saccomano al abrir la 46 Feria Internacional del Libro, que no contó con el tradicional discurso inaugural del director, Ezequiel Martínez.
“¿Es una paradoja o responde a una lógica del sistema que esta Feria se realice en la Rural, que se le pague un alquiler sideral a la institución que fue instigadora de los golpes militares que asesinaron escritores y destruyeron libros? En lo personal, creo que esta situación simbólica refiere una violencia política encubierta”, dijo el autor de libros icónicos como “Cámara Gesell”, ante un auditorio entre quienes estaban los escritores Silvia Schujer, Enzo Maqueira, María Inés Krimer, Gustavo Nielsen, Canela, Ana María Shua, Alicia Genovese, el ex director de la feria Oche Califa y el periodista Carlos Ulanovsky.
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