Argentina, por primera vez en minoría en el Mercosur Por Marcelo Bátiz

Hace tiempo que entre los socios del Mercosur hay disidencias y conflictos de todo tipo. Pero hay detalles en las modalidades de la Diplomacia que no se pueden pasar por alto: una cosa es que existan diferencias en una asociación entre países y otra es que esas discrepancias se hagan públicas a través de comunicados oficiales.

Eso fue lo que ocurrió el viernes pasado, cuando la Cancillería de Paraguay -país que ejerce por este semestre la Presidencia Pro Tempore del bloque regional- comunicó oficialmente la decisión argentina de apartarse de las negociaciones por acuerdos comerciales con otros bloques “en curso y futuras”, salvo las ya iniciadas con la Unión Europea y el EFTA.

El argumento del gobierno argentino no es nuevo. Por el contrario, es una constante que viene atravesando décadas de la zigzagueante política exterior del país, en la que subyace la absurda pretensión de que el mundo se detenga hasta que la Argentina resuelva sus problemas internos.

Pero esta vez se fue demasiado lejos, al punto de anunciar públicamente la decisión de apartarse de las negociaciones del bloque por primera vez desde su constitución hace 29 años.

La decisión argentina no puede ser analizada fuera de una inédita situación política: por primera vez el país está en minoría dentro del Mercosur en cuanto a los alineamientos políticos de cada uno de los cuatro miembros. Entre 1991 y 2019 siempre contó por lo menos con un aliado, pero también procuró imponer los intereses nacionales y del propio bloque por sobre las afinidades o disidencias ideológicas.

En esta oportunidad, la tríada Bolsonaro- Abdo Benítez- Lacalle Pou aparece inflexible en su propósito de avanzar en acuerdos de libre comercio con otros bloques. Un hecho avala ese interés: esos convenios internacionales ya no son una rareza y su existencia ya representan una dificultad comercial para los países del Mercosur, en desventaja respecto de otros países y bloques con llegada preferencial a otros países y bloques.

Esa diferencia de Brasil, Paraguay y Uruguay respecto de la Argentina en cuento al interés por los acuerdos con otros bloques no es una novedad de este año, ni siquiera de estos presidentes ni de los partidos que representan. También eran propiciados, con los matices del caso, por el Frente Amplio y el PT.

Lo que ha cambiado en esta oportunidad es la tolerancia. Para decirlo en un lenguaje alejado de los cuidados diplomáticos: se cansaron de la Argentina y no vislumbran una posibilidad cercana de cambio en el gobierno de Alberto Fernández que pueda favorecer un despegue del Mercosur.

En definitiva, detrás de este último conflicto subyace una falla de origen: para la Argentina el Mercosur siempre fue una meta, un punto de llegada con el que creía tener satisfechos sus objetivos.

Por diferentes motivos, para los otros tres socios el bloque siempre fue un punto de partida. Para Uruguay y Paraguay, sin una industria de significación que proteger, la plataforma de lanzamiento de su producción agropecuaria y agroindustrial. Para Brasil, la posibilidad de presentarse como líder político de la región y fortalecerse como una de las diez principales economías del planeta.

Después de todo, no es más que la contracara de una ecuación: si para la Argentina el mercado brasileño es cuatro veces más grande, para nuestros vecinos somos apenas la cuarta parte de su economía. Sería importante que la Cancillería argentina lo tenga en cuenta.

Texto

L5P Marcelo Bátiz- Mercosur- 26-04

 

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Autor entrada: La 5 Pata

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