Es difícil acercar cada diferencia hasta un punto común. Esa argentina nos llega desde Azules y Colorados, desde el Peronismo y también desde la Alianza. Posteriormente desde el kirchnerismo, hasta nuestros días donde funcionarios actuales, parecen no haber gobernado en estos tres años.
Argentina acaba de abrir la ventana al resto de los paisajes. El mundo puede vernos, sabernos, tantear opciones comerciales desde el reciente G20. Lo que le falta al G20 aun, es aprender del “Valor del Consenso”, y de cumplir con temas que las sociedades esperan excediendo a cada mandatario mundial. Como líderes mundiales siguen en deuda.
Lo que no significa que ese mismo mundo no se entere de las dificultades por las que cada argentino atraviesa ¿Les importa? No. Bastante tienen con sus propios países. Desde luego un G20 en Argentina antes que inédito, es bueno, aunque con las limitaciones del caso. Todo dependerá de lo que se siga haciendo, o no.
Dependerá también si desde octubre del 19, continúa este gobierno, o hay alternancia.
Si tenemos gente cortando calles frente al ministerio social, que ayer mismo pedían un bono de fin de año y aumento de planes, sin que sepan lo que ha sido trabajar, arrastrados por dirigentes inescrupulosos de discurso fácil, donde podemos rigurosamente creer que ninguno de ellos ha terminado la secundaria, tenemos el mayor problema. Pedir es fácil.
Pero si por otra parte contamos con un Gobierno que al mismo tiempo que alienta inversiones hacia el futuro, nos ha endeudado hasta lo ilimitado acrecentando la Pobreza sin reaccionar ante cada error propio; el problema entonces es mayor.
Si a esto agregamos una Oposición que no llega a la madurez política, donde el oportunismo los desespera por acaparar poder, sin demostrar ser capaces de funcionar a la altura de las demandas del resto de la sociedad, el escenario que se completa, es caótico.
Y si a este “triángulo” agregamos una Justicia despreocupada y desligada de sus obligaciones, con corrupción dentro, de triangulo pasamos a “cuadrado”.
Sobran por otra parte decisiones innecesarias, como la controvertida Resolución anunciada por Patricia Bullrich, que decide que en cumplimiento del deber se utilizarán armas de fuego “cuando resulten ineficaces otros medios no violentos”. Se valida la utilización de armas letales “en defensa propia o de otras personas, en caso de peligro inminente de muerte o de lesiones graves (…) cuando “se presuma verosímilmente que el sospechoso pueda poseer un arma letal”. Podrán usar la fuerza letal cuando el sospechoso “trate de acceder a un arma en circunstancias que indiquen la intención de utilizarla contra el agente o contra terceros”, o en casos en que se “efectuase movimientos que indiquen la inminente utilización de un arma” (…) los agentes “deberán identificarse como tales, intimando de viva voz a cesar la actividad ilícita” salvo, y aquí está el nudo gordiano “en aquellas situaciones donde dicha acción pueda suponer un riesgo de muerte o de lesiones graves a otras personas”.
El alcance de esta Resolución involucra a Policía Federal, Prefectura Naval y Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), Gendarmería Nacional, jurisdicciones en definitiva del Ministerio de Seguridad.
¿Está mal? No, en absoluto, lo que sucede es que la violencia actual no solo debe tener delante la Represión, sino que hay que considerar éste momento en que el garantismo institucional aún existe en la mente de miles, incluyendo legisladores. Y que nos antecedió una Dictadura y años después una Maldita Policía y hoy, contamos con una Institución en su mayoría, inexperta y muy poco preparada. Ante una criminalidad y un delito que comienza en la adolescencia y que sin ningún respeto por la vida, nos desborda, con tres generaciones que en muchos casos no han ni estudiado ni trabajado. Podemos estar de acuerdo o no con la medida, pero es nuevamente, inoportuna.
La posición más política y mejor evaluada, es la de la Gobernadora Vidal;
Según trascendió, Santiago Cantón, secretario de Derechos Humanos de la provincia elaboró un documento que le acercó María Eugenia Vidal el jueves pasado donde cuestionó cada uno de los puntos establecidos en el reglamento y aconsejó no seguir ese camino. Y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, tuvo una declaración que comparto plenamente; “Desde el gobierno bonaerense -dijo- consideramos que el policía tiene que tener todas las herramientas para hacer cumplir la ley, pero no todas las policías son iguales”.
En esta situación la mayor responsabilidad la llevan los Jueces y el CPP. Parece que si ellos no fueran asaltados, o no perdiera la vida uno de sus familiares, al resto no le ocurre nada. Es la peor falta argentina y la más grave, si ellos no funcionan con el criterio debido, todos estamos en riesgo.
Es nuestra situación. El resto lo hace cada opinador libre, en las Redes Sociales.
Somos vulnerables, somos argentinos.
La pregunta es ¿Pensamos en los argentinos y elevamos el consumo, o pensamos en Argentina y nos ponemos a la altura del resto del mundo?
Lo que uno objeta, es el modo, no la dirección.
YH
LaQuintaPata
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