El joven liberal y candidato independiente obtuvo el 65% de los votos frente a la líder de la extrema derecha de Francia, quien obtuvo un 34%, según los primeros sondeos de boca de urna publicados por el canal de televisión local BMFTV y la emisora France 2. Marine Le Pen reconoció la derrota.
El joven liberal y candidato independiente Emmanuel Macron ganó el balotaje presidencial con el 65% de los votos frente a la líder de la extrema derecha de Francia, Marine Le Pen, quien obtuvo un 34%, según los primeros sondeos de boca de urna publicados por el canal de televisión local BMFTV y la emisora France 2.
Macron prometió que luchará «contra todas las formas de desigualdad», y que terminará con las «divisiones que llevaron a algunos a optar por el voto extremista», en referencia a su rival, la líder de la extrema derecha Marine Le Pen.
«Me enfrentaré con todas mis fuerzas a la división que nos debilita y nos ciega», aseguró Macron, y «defenderé a Francia, sus intereses vitales, su imagen. Me comprometo frente a ustedes. Defenderé a Europa, es nuestra civilización lo que está en juego, nuestra manera de ser libres. (…) Le dirijo a las naciones del mundo el saludo de una Francia fraternal».
Finalmente, habló de una de sus principales promesas de campaña, la renovación del sistema político francés.
«La renovación de nuestra vida política se impondrá desde el lunes, la construcción de una vida pública ética será desde el primer día la base de nuestra nación», sostuvo el joven liberal que comenzó su carrera como un exitoso banquero y que ocupó durante dos años el cargo de ministro de Economía en el actual gobierno saliente del socialista Francois Hollande.
Mientras aún se esperan los resultados oficiales, la gran noticia es que la abstención habría sido la más alta desde el balotaje presidencial de 1969. Según estimaciones de la consultora Ipsos-Sopra Steria, el nivel fue de 25,3%.
Al mismo tiempo, el voto en blanco o nulo alcanzó un nivel histórico para la V República, el régimen vigente en Francia desde los últimos 60 años, con un 12%, informó el diario local Le Monde.
Según los primeros sondeos de boca de urnas publicados por medios franceses después del cierre de las urnas, Macron ganó la Presidencia con un 65% de los votos y dejó muy atrás a Le Pen con un 34%. La líder de la extrema derecha reconoció rápidamente su derrota y se embanderó como la líder de la «principal fuerza de oposición» al próximo gobierno.
El presidente de Francia, François Hollande estimó que la amplia victoria de Macron en las elecciones refleja el compromiso de los franceses con los valores republicanos y «con la Unión Europea y la apertura de Francia hacia el mundo».
«Le transmití todos mis deseos de éxito para nuestro país, porque el principal desafío es unir y construir para proseguir el camino de Francia hacia el progreso y la justicia social», expresió el mandatario por medio de un comunicado, según la agencia de noticias EFE.
«Se evitó lo peor para nuestro país y para Europa», sentenció Jean-Christophe Lagarde, presidente de la UDI, uno de los principales partidos de centro.
El primer ministro francés, Bernard Cazeneuve, también se sumó a la larga lista de dirigentes que respiraron tranquilos este domingo.
«El ala izquierda del gobierno, que tiene un sentido de la responsabilidad y es consciente de la importancia del momento histórico que vivimos, debe aportar su contribución al éxito del país y del quinquenio que comienza», pidió el premier socialista.
La candidata de la extrema derecha de Francia, Marine Le Pen, reconoció la derrota en el balotaje presidencial, apenas unos minutos después de conocerse los primeros sondeos de boca de urna, y llamó «a todos los patriotas» a unírsele «para participar del combate decisivo que comienza a partir de esta noche» y «constituir una nueva fuerza política» opositora.
«Francia eligió un nuevo presidente de la República y votaron por la continuidad», sentenció la líder del Frente Nacional (FN)
ante sus seguidores, en un discurso que, lejos de la irreverencia que demostró a lo largo de toda la campaña, fue más medido.
Sin poder negar la amplia derrota que vaticinaron los sondeos de boca de urna, Le Pen, una dirigente que no ha parado de crecer en la última década, se concentró en el futuro.
«Propondré comenzar una transformación de nuestro movimiento para construir una nueva fuerza política. (…) Nuestra alianza patriota y republicana es la primera fuerza de oposición frente al proyecto del nuevo presidente», agregó la dirigente, que en pocas semanas volverá a medir su popularidad en las elecciones legislativas que definirán si el FN también crecerá en número en el Parlamento.
La jornada electoral, que se desarrolló bajo un masivo despliegue de seguridad y el fantasma de un posible atentado, no produjo incidentes importantes y terminó con lo que se cree que fue una participación un poco menor a la primera vuelta presidencial, hace dos semanas, y a los balotajes anteriores.
Desde su ajustada victoria en primera vuelta, Macron, un europeísta convencido de 39 años y defensor de políticas económicas liberales, era el favorito en todos los sondeos,
El liberal y dirigente independiente votó acompañado de su esposa Brigitte poco antes del mediodía en la localidad de Le Touquet, en el norte del país, cerca del Canal de la Mancha.
El candidato del partido ¡En Marcha! se trasladó más tarde a París y a poco de cerrarse las urnas se instaló en su sede de campaña, en el Museo del Louvre, en el corazón de la capital, donde espera poder celebrar esta noche su victoria junto a sus simpatizantes.
Pocos después de Macron, Le Pen se acercó a su centro de votación en Hénin-Beaumont, también en el norte de Francia, una localidad que se han convertió en uno de los principales bastiones de su partido, el Frente Nacional (FN).
Le Pen, de 48 años, defiende políticas proteccionistas a nivel económico, pregona un «Frexit»-es decir una salida de la UE al estilo de Reino Unido- y del mercado común monetario del euro. Además, reclama poner fin a la libre circulación entre los países que integran el bloque comunitario (el espacio Schengen) y reducir la inmigración a 10.000 personas por año.
Por estas posiciones y como en la primera vuelta, Le Pen sufrió un escrache del grupo feminista Femen, está vez una decena de activistas colgaron pancartas contra la ultraderechista en una iglesia de Hénin-Beaumont.
En París, en tanto, el masivo despliegue, que en todo el país incluyó a 50.000 agentes de policía y 7.000 militares, tuvo su momento de mayor tensión cuando cerró la explanada del Louvre, donde esta noche podría festejar Macron y su gente, por un paquete sospechoso. Después de desalojar a la gente, la Policía analizó el paquete y, finalmente, anunció que había sido una falsa alarma.
La calma rápidamente volvió al corazón de París, en donde la gente continuaba votando en una jornada mayormente tranquila.