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Sabemos que la decisión de Elisa Carrió de integrarse a la Ciudad de Buenos Aires en las próximas elecciones legislativas quitó una pesada carga a Vidal en los pagos bonaerenses, sobre todo tras la denuncia de la líder de la Coalición Cívica sobre dos de los ministros de Vidal, Ritondo a cargo de Seguridad y Ferrari, en Justicia. Hoy justamente, Julio Zamora intendente de Tigre, le pide a Carrió, ante un nuevo hecho, que “si tiene pruebas de narcotráfico en Nordelta, lo denuncie en la Justicia”.
De las PASO de 2015, Elisa Carrió (2,33%) y Ernesto Sanz (3,45%), la candidata llega ahora a una medición insospechada, poco más del 33% de preferencias entre los porteños y un posible 57% en la interna de Cambiemos, en cuanto a votos según un trabajo de Analogías. Santilli lograría un 21% de las preferencias, y Losteau un 19%. Datos, números, que el macrismo ha considerado seriamente. Si bien la líder no cuenta con el beneficio de muchísimos dirigente del Pro por creerla “inestable”, los números mandan. Los mayores referentes aun observan en la protagonista una imagen abarcativa entre “La Denunciadora Profesional”, a “La Demandante Ética”. Es sabido por estas horas que Cambiemos prefiere a la diputada “con ellos, y no como opositora”. En el ajedrez interior la distancia con Duran Barba continúa, tanto como con Vidal. La estrategia forzada tiene otro repaso, Carrió aseguraría para el oficialismo algo más del 40%, mientras que Losteau no llegaría a la mitad de ese porcentual. Hay un HUECO que Carrió intenta completar, espacio perdido por sectores del FpLV, el Peronismo en general, y al que el Pro no llega ni desde Cambiemos. Y hay un radicalismo por adentro y por fuera de Cambiemos.
A todo este componente (¿O componenda?), le falta algo, y es una gran indefinición en proceso, la pulseada judicial con Lorenzetti y el rol del Presidente llegado ese momento cuando la compuerta se rompa, si es que sucede. Pero la política, puede conceder el milagro de frenar esas aguas.
Hay otras gravedades; Que el radicalismo se esfuerce para tener una participación dentro de Cambiemos ya es una deuda pública, no solo partidaria. Y que los anuncios más importantes se hagan en una “Mesaza” antes que desde cada estructura política, nos van advirtiendo de cambios que de alguna forma atentan contra la política y quienes la ejecutan. Hay una necesidad de Roles que con el pasaje por la TV o las Redes, pierden mucho de sí mismos. No son ni buenos ni malos, cambios que insisten con modelos oportunistas y pecan de una sustancial perdida de contenidos. En el fondo es lo que el planeta primero y cada argentino después, buscándolo o no, contribuimos en construir.
La Justicia no está ajena a esto. Justicia y política no nos ponen a salvo. Esta Mediatización, más que eso, estos anuncios que hasta pasan por la Frivolidad aun siendo serios para cada protagonista, parecen irrelevantes sino fuera porque este año tenemos que votar. Nada de esto nos contiene de desapariciones de chicas cada 36 horas, de violaciones y muertes, de crímenes familiares, de alumnos que van a la escuela cíclicamente, cuando “se miden fuerzas” con propósitos ajenos a los educadores. Nos falta que política y justicia conviertan al Estado en lo que debe ser, o que lo traigan de regreso. Lo extraviamos hace décadas.
Y sino pueden, tendrán que crear uno. Aunque antes de hacerlo responsable y socialmente funcional, todos deberíamos ser escuchados y discutir, bienvenidas las diferencias, acerca de lo que queremos. Vamos a elecciones cada dos años, con esa tan extraordinaria deuda.
YAYO H.
LAQUINTAPATA