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AUDIO:
La AFIP denunció una evasión millonaria de la AFA y de los principales clubes de fútbol. Alberto Abad, titular de Afip, y Fernando de Andreis, secretario general de la Presidencia, han dicho en un caso, que la AFA debe asumir deudas inexplicables, y en el otro, que Futbol para todos, no es gratis. Manifestaciones que sostenemos desde hace tiempo. Así que rescatando ideas del ingenio general de las Redes, uno hasta desea que cierto dinero se pueda destinar a otras importantes Instituciones de bien público, a la educación, o al Garrahan, y que en el caso de Futbol Para Todos, “juntemos tapitas”.
En el mundo, los equipos se mueven conforme a sus asociados, a sus iniciativas. A lo que recaudan y obtienen por publicidad. En argentina, Fútbol para Todos se ha convertido en un aguantadero económicos para pocos, con negociados cruzados de todo tipo. El oro de los pobres.
Pensemos antes, que el gobierno tiene otras preocupaciones, y que el panorama cerrando el año y asomando a lo estacional y estival de 2017, no es lo que la mayoría incluido el propio poder, imaginábamos.
Un consumo aplanado, un excesivo gasto fiscal y social, impuestos altos, e inversiones por goteo, con aumentos tarifarios ineludibles que vuelven a empujar una inflación que en verdad se iba deteniendo. En medio, un final de año que ya se presta para las primeras especulaciones políticas hacia un inevitable coletazo electoral, objetivo no solo del gobierno, sino de alianzas conocidas que nacen o recomienzan, y de un peronismo que aún no despabila pero que como siempre, puede resurgir de las cenizas.
2017 se convierte así en el desafío donde para llegar a ordenar Lo Político, antes se deben dar respuestas a Lo Económico. De hecho, más allá del timbreo, el gobierno se concentra y enfoca ahora más que antes en inversores y en empresarios, consciente esta vez que los resultados son escasos. La primera señal fue en IDEA. Otras señales van agotando su curso, con un mensaje que se insinúa claramente; “los necesitamos”, y al parecer no solo en la actividad privada, “los necesitamos en lo público también”, aun sin que quede claro qué tipo de política de Estado es la sugerida. De modo tal que el mediano plazo parece verse solo en la necesidad de 2017 sin descuidar un verdadero largo plazo, más que por los hechos por la obviedad. El gobierno necesita de “plazos” que ha comenzado a pedir, y a transmitir. El segundo semestre pasó como una correntada. Hay al menos una consistencia, en el exterior poco a poco comienzan creer en el país, mucho más de lo que nos creemos nosotros mismos, y ese es un puntal que el presidente y sus ministros necesitan sostener. La oposición, metida al ámbito parlamentario, no logra el acercamiento político partidario que hubieran querido con el gobierno, al menos con sus líderes. De hecho, son muy pocas las reuniones en ese sentido, y el congreso es la moneda de cambio proyectos de por medio. Es donde diferentes líderes pretenden hacerse fuertes, sin pasar por Balcarce. ¿Un error o una nueva forma de gobernar? No piden reunirse, y no los llaman.
Altos costos laborales, Pymes insatisfechas pese a la ley, una gran presión impositiva, y un tipo de cambio atrasado, coronan meses donde el Gobierno aun a conciencia, debe potenciar sus preocupaciones en otra dirección, la construcción política hacia el año entrante. No pueden perder, aun a sabiendas que no remontarán las bancas del congreso, sobre todo con una reforma política que no llegó al 30% de cada meta planteada. En medio de reveses, donde una Elisa Carrió marcó las líneas medianeras en más de una oportunidad, desde el nombramiento errático de los dos primeros jueces, a su disidencia con los métodos que podrían llegar a aplicarse para sacarse de encima a Gils Carbó. Fuera de la Constitución, nada. Carrió corrige, presiona, es amigable o distante. Es la aliada más opositora que Macri conozca.
Lo más serio por cuidar se ubica en pagos bonaerenses, una joven mujer gobernadora a quien la estructura nacional debería proporcionar una mayor protección y seguridad física, al mismo tiempo que como Nación necesitan apoyarse en esos logros políticos; paradójico ¿no?
Vidal resume lo que a nivel nacional se quiere y aún no se puede, y lo que es peor, ella lo obtiene casi sin proponérselo. Y trabaja.
El Presidente ha dicho que no percibe que estén paralizadas las causas contra ex funcionarios kirchneristas, y pidió a la Justicia hoy «rigor y celeridad». Existe sin embargo, un posible 30% de votos que Cristina Fernández aún mantiene en esa hacienda. Lo que debería analizar el gobierno, es si en verdad es conveniente el propósito de continuar conservándola como una oposición real, o de quitar cierta presión para que la Justicia haga libremente lo que debe, con el fin de no comprometer una provincia que por lo general define toda elección. Hay una gran contradicción política y geométrica entre una cosa y otra. Es en este punto donde la madeja se enreda. El gobierno cuenta con un gran equipo de analistas en comunicación, excelsos según dicen, que más de una vez no saben dónde están parados. Sobre política, no se filosofa, se actúa y se gestiona. La política no admite análisis de recovecos; busca de dónde, con qué, ejecuta, acciona y comunica, eso es gestionar. Más aun con nuestra historia, enfrente se tiene un peronismo que aún no ha soltado sus mastines, ni se sabe qué herramienta podrá llegar a utilizar. Cualquiera será apropiada si el fin lo amerita llegado el momento.
Vidal sobrevive por Vidal en una gestión en la que se le cree, pero acerca de la cual cada resultado tardara en llegar, desgaste de por medio. El gobierno nacional, aun no puede decir algo parecido de sí mismo. Acomodar el bolsillo de cada argentino es lo que se espera antes de octubre del próximo año. Un desafío donde las condiciones actuales, ralentizan las expectaciones. La única carrera ganada al momento, aun con parches de cierta oscuridad, es alguna transparencia institucional que no obedece solamente a un logro gubernamental, sino a la vigilia política y social de cada constructor colectivo. Hablamos de una entidad cívica, que no es propiedad de ningún gobierno. Que despabiló con el poder anterior, que está atenta ahora.
Hay que comenzar a pensar en lo que dijo Rodrigo Zarazaga, Padre Jesuita; Durante décadas solo hubo transferencia de recursos, dinero en planes, y hay que seguir haciéndolo, pero eso no soluciona la complejidad de la Pobreza Estructural. No es la solución. En tal caso, me animo a creer, solo es un negocio político rentable cada dos años. En nuestro país, la Política ha sido la constructora de toda la pobreza de la que ahora hablan, y de cada político rico. La ironía, o la injusticia, se observa irreparablemente en la cantidad de funcionarios ricos que tenemos, ante tanta descomunal pobreza. La nota de Jaime Rosemberg, de la Nación, de ayer, “Los funcionarios de Macri, mayoría en el top ten de políticos acaudalados”, es para considerarla desde el ejercicio de la desigualdad. Allí también se incluye a Cristina Fernández, Máximo Kirchner, Héctor Recalde, José Alperovich o Juan Manzur. La reproduzco al pie, nos hace pensar gravemente el país que tenemos, quienes somos, dónde estamos. No tiene nada de malo ser rico, en tanto no se haya logrado mediante la corrupción, cualquiera sea, en tal caso lo inmoral está en las desigualdades. La pobreza, en nuestro caso y aunque las causas existen, va dejando de convertirse en la consecuencia de algo, para pasar a ser un “Modelo” en sí mismo.
Carlos Yayo Hourmilougue.
La Quinta Pata (Con Propiedad Intelectual desde 2004)
LA NACION
MARTES 16 DE AGOSTO DE 2016