Uno entiende que los precandidatos no escatimen esfuerzo alguno para promocionarse. Es el Vale Todo.
Sucede que suben tanto, o creen hacerlo, que se dedican a reuniones de plana mayor con los equipos que han elegido, y descuidan, olvidan, en la vorágine en la que terminan metidos con tratamientos de temas supra o mega, acaso no importándoles seriamente, lo que en verdad le sucede a la mayoría de los electores.
Temas tales como Inseguridad, inflación, pobreza, educación, deuda externa, energía, inversiones, empleabilidad, justicia, infraestructura, corrupción, están genéricamente en la boca de todos, pocos, o mucho menos que algunos pocos, dicen cómo se puede solucionar lo que pretenden, o qué es lo que proponen en caso que lo hagan.
El discurso, el dialogo político, naufraga, empobrecido, junto a la mediocridad a la que el argentino medio se vio, consciente o inconscientemente acostumbrado en estos años. Pero no debería ser así. No es así. Hubo una intensión de adormecimiento social que voluntaria o involuntariamente ahora cada candidato y sus equipos recogen, para volver a cotizarlos en una conciencia ciudadana que es verdad, no ha cambiado mucho, pero al menos se ha vuelto más exigente.
Digamos que tenemos pre candidatos que no están a la altura de instituciones que a su vez, exigen lo que los ciudadanos merecemos aun siendo instituciones rezagadas, con lo cual, cada pre candidato, va más abajo ante la mirada de la ciudadanía en general.
Nadie vota alegre. Queremos alternancia y votar es una obligación, pero ¿cambiaran nuestras vidas luego de votar? ¿Mejoraremos? ¿Mejoraremos aun si como sociedad ponemos nuestro mejor esfuerzo?… o ¿seremos utilizados nuevamente? ¿O nos cabe creer que los cambios existen aunque nos parezcan pocos? O ¿Volveremos a defraudarnos ante una nueva estafa de contrato social?
Yo sostengo que NOS basta con ver, los pergaminos de cada pre candidato.
Debates pobres o inexistentes, siempre en el mismo canal, como si no existieran ámbitos mayores. Las Universidades, por caso. Se ha desaprovechado con esto, debates ante todo tipo de público, logrando que nuevamente el resultado sea continuar dividiendo al electorado, tal como vivió como sociedad en los últimos años. Aquella sociedad, igual a este electorado. Pero elegir quien nos gobierne de diciembre en adelante, no nos convoca a la misma división política que arrastramos hasta aquí, sino a consensos mayores que no se ven con este tipo de campañas.
Los oficialistas han seguido los debates por los medios del gobierno que son mayoría, los opositores por TN. Un nuevo error comunicacional de Medios, candidatos y equipos, y del espacio macro político en el que deliberan sin tocar la tierra. No se trata de que no haya debates en TN, o en medios oficialistas, ya que los propios candidatos los eligen, sino de que existan debates en muchísimos otros ámbitos diferentes públicos y privados. Y que haya organizadores que garanticen seguridad para todos al hacerlo. Solo así saldríamos de estas dramáticas situaciones. Se llama Civilización.
Si fuéramos civilizados, y nos acostumbraron a no serlo, habría debates con publico compartido, oficialistas y anti oficialistas, e independientes democráticos.
Como si fuera poco, desde la oposición parecen sobrar alianzas electorales que no satisfacen a nadie, internas caóticas sobre el filo de cada fecha electoral. Si bien es un mecanismo contra reloj válido, deberían tratar de anticiparse en etapas futuras, porque el riego es caer en acuerdos sin futuro.
Y desde el poder, se observa un continuismo al que el peronismo le pone un pretendido disfraz de cambio, en tanto no es real. Quien tuvo y tiene que ver con el gobierno, no puede proponer un cambio. Maneje la ambigüedad o maneje las promesas. Deberíamos partir, de la premisa que es inmoral hacerlo. Es inmoral pretender ser alguien que no se es. Afiches que nada nos proponen. Llamadas telefónicas que nos despiertan con las voces de los pre candidatos, como si de esa manera estuvieran cerca nuestro o nos conocieran de toda la vida. ¿Quién les ha dicho que las campañas telefónicas son buenas? Es desconocer absolutamente la comunicación. Las llamadas lo que hacen es irritar a la gente.
La sociedad ha madurado mientras los políticos han retrocedido, en esas circunstancias, comenzamos a votar nuevamente.
Hay sin embargo, otras situaciones, donde uno puede comprobar que se trabaja, y donde se ha avanzado, es el caso de muchos municipios, no en gobernaciones ni en política nacional, no como se cree.
Mucho más, se está haciendo abajo, comunas y barrios y en muchos casos por la propia gente ligada a municipios, siempre que escapen al lumpenaje cuentapropista.
Por último, necesito repensar, reformularme algunas frases de Giovanni Sartori;
“El único modo de resolver los problemas es conociéndolos, saber que existen. El simplismo los cancela y, así, los agrava.” (…) “Es cierto que la televisión, a diferencia de los instrumentos de comunicación que la han precedido (hasta la radio), destruye más saber y más entendimiento del que transmite”. (…) “Actualmente el pueblo soberano «opina» sobre todo en función de cómo la televisión le induce a opinar. Y en el hecho de conducir la opinión, el poder de la imagen se coloca en el centro de todos los procesos de la política contemporánea.”
Y agrego por mi parte: “Un buen candidato no siempre es una buena persona, y quien no es una buena persona jamás puede ser un buen candidato”.
Yayo Hourmilougue
LA 5PATA