¿Qué puede hacer este gobierno de aquí a diciembre salvo ser contestatario? Resulta imposible pedirle corregir algo. Salvo, como espectadores, verlo profundizar actitudes defensivas. Sigue además, sentado arriba de una caja recaudatoria, aunque haya mermado tanto.
Si como Presidenta, hay un “evadirse” de un nuevo y trágico aniversario del atentado a la embajada de Israel, argumentando como excusa un compromiso en Santa Cruz que no era para ese día de la conmemoración, sino para el siguiente, el dato no es menor. Cuando un presidente evita el descontento que provocaría, algo sucede. Allá fue Aníbal Fernández para que lo abuchearan. Y lo sabe, y va. Son recursos de armadura medieval. Dos días antes, el mismo funcionario se había refirió a Nisman como “un sinvergüenza que le sacaba la mitad del sueldo a un empleado -refiriéndose a Lagomarsino- y que utilizaba el dinero que se le dio para que investigara el caso AMIA, para salir con minas y contratar ñoquis”.
Hasta puede causar gracia. Fernández, tiene para algunos, la virtud de caer bien aunque esté diciendo lo peor. Basta con ver a los movileros riéndose a su alrededor. Pero en verdad, me asombra que la declaración deje al descubierto otras situaciones más difíciles de digerir acerca de las que no tenemos respuestas y sobre las que seguramente nunca las tendremos; Imaginemos un Nisman que se quedaba con la mitad del sueldo de empleados que él mismo contrataba del total del presupuesto que se le asignaba, imaginemos un Nisman fiestero que gastaba con mujeres, imaginemos otras cosas aún peores sobre Nisman, las que quieran, aun así, de lo que se sigue tratando es del concepto central, ya que lo que se investiga es una muerte que muchos sospechamos como asesinato, y que desde el inicio fue investigada oficialmente en la peor de las desprolijidades, acaso intencionales por quienes debieron proceder inmediatamente para el esclarecimiento de la muerte de un Fiscal, que un día después iba a denunciar a la Presidenta de los argentinos ante el Congreso Nacional.
Ese y no otro es el eje que no debemos perder. Pero no nos asombra ¿Por qué? Porque es el momento del exceso de desgaste. Un tema que cada gobierno en el mundo de las democracias, aborda y asume de una manera diferente. Este gobierno que se va, aunque mantenga un importante número de bancas tras las próximas elecciones y una base electoral que promedia un 30%, lo que no es poco, ya no procede como si terminara su ciclo, sino cómo que nada le importa, salvo el pellejo propio, y sabe que recuperara oxigeno legislativo en algún momento. En el devenir, más los preocupa la Justicia, esa Reforma con la que no pudieron del todo. Cada actitud no es como un final de camino, incluso cada discurso supuestamente ganador en el patio de las palmeras, no es otra cosa, que una gran Huida. Persiste la incertidumbre de no saber qué será de ellos después, fatigando pasillos judiciales. Y si eso no sucediera, es una señal de que no hemos aprendido lo suficiente.
Del otro lado, vamos a una experiencia fenomenal, la Oposición no tiene otro camino que apoyarse en la Diversidad, una experiencia, que dadas las circunstancias, es innovadora para la sociedad argentina. Con una gran excepción, esta vez procuraremos todos, no llamarla Alianza. Y está bien, el contexto y la situación, son otras.
YAYO H.
L5PATA