Fue una frase tan trágica como premonitoria. El fiscal especial del caso AMIA, Alberto Nisman, que apareció muerto hoy en su departamento de Puerto Madero, le dijo a Clarín días atrás una oración que marcó su destino. «Yo puedo salir muerto de esto», afirmó.
El sábado, en otro contacto con esta cronista, repitió la terrible frase.
A pesar de la presión que había sobre él y de la feroz embestida del kirchnerismo en su contra, Nisman estaba confiado en la solidez de su denuncia por encubrimiento contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés «Cuervo» Larroque, Luis D’Elía y Fernando Esteche.
«Desde hoy mi vida cambió. Es mi función como fiscal y le tuve que decir a mi hija que iba a escuchar cosas tremendas de mi persona», dijo a TN el miércoles, horas después de sacudir al país con su denuncia.
La diputada ultrakirchnerista, Diana Conti, tomó esa frase, luego de la confirmación de que Nisman iba a concurrir al Congreso para brindar detalles de su investigación en un encuentro reservado.
«Le decimos a la hija de Nisman que se quede tranquila, que no vamos a agredir a su papá», manifestó Conti.
Hoy, tras la confirmación de la muerte del fiscal que denunció hace menos de días a la Presidenta, todas las palabras cobran otro cariz. «Esto va a llevar tiempo, pero va a llegar a buen puerto. Me gustaría equivocarme por la institucionalización del país pero creo que no», expresó Nisman, tras su denuncia.
Horas atrás, apareció sin vida en el baño de su departamento.
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