“Recuerdo un familiar que teníamos que invitar, y cada vez que llegaba rompía todos los platos. La entendíamos como lo que era, y eso nos obligaba a agacharnos para levantar la vajilla destruida, y a vernos las caras desde abajo, mientras subíamos con los pedazos en las manos”
Hasta la persona más inteligente, puede confundir las cosas. Elisa Carrió sabe que se la valora intelectualmente dentro y fuera de cualquier partido. Pero no tiene el voto cívico. No gana elecciones. Una vuelta que nunca encontró. Y entra en crisis; “¿Cabeza de ratón, o cola de León?”
Dice al mismo tiempo unas cuantas verdades acerca de los intereses económicos de toma y daca entre nuestros políticos, como los negociados que denuncia en la legislatura bonaerense ¿Quién puede dudarlo? Pero no propone salidas, en tal caso, involuntariamente, destruye las que hay.
Habla de una corrupción que a nadie sorprende. ¿Es el camino para lograr votos? Se le escapa entonces cada característica del argentino medio y se equivoca. Si no tuvo votos antes, no los va a tener ahora. Carrió vivió la política al lado de gente que apesta. “A ellos los votan, a mí, no”. Eso es lo que está diciendo a gritos. Está enojada con sus pares, y está enojada con la gente. Esto no es malo, si estuviera bien canalizado, pero no lo está.
Pone en Crisis a una Oposición que no necesita mucho para entrar en Crisis, pero al mismo tiempo y sin proponérselo, la hace pasar por la peor prueba, la más difícil, como tal, como oposición extra-gobierno. Repito, sin proponérselo. Porque piensa en ella misma en este momento, no en la Oposición que el país necesita y que aun no ha madurado. Si yo dijera aquí, o el ciudadano pensara “Si se pelean ahora ¿cómo será si llegan al Gobierno?”, quienes hoy gobiernan, volverían a hacerlo, y eso también lo conocemos. Peor. Lo padecemos. Incluido Zaffaroni y el caos.
Al incidente hay que tomarlo como algo normal, con características Carrio-enses, dentro de la política en la que estamos inmersos. Carrió es invaluable, pero no sabe o desconoce cuál es su lugar.
Prefiero que los líderes opositores continúen adelante. Más allá de Carrió, la perspectiva es que poco, muy poco tiene que ver la UCR, con el Pro, y al mismo tiempo tienen todo que ver. Una cosa es la Coyuntura, otra la Finalidad.
Queda claro que el Justicialismo ha llegado cada vez más deformado hasta convertirse en esto que hoy vemos. Una amorfosidad política que debió terminar con Perón antes de ser tan mal utilizada. O en tal caso, arrastró hasta aquí lo peor del peronismo.
El Sciolismo está gobernando. No esperemos que suceda en el país lo que está sucediendo en la provincia de Buenos Aires. El Massismo ¿es cambio? Incorpora hombres que estuvieron años en este gobierno y en los 90. Tienen sin embargo, el derecho a un crédito mínimo que deberán demostrar ante la gente. Al menos nos queda otra esperanza, también mínima, presunta, de que el resto de los partidos y los liderazgos (no son lo mismo hoy), deberían, incluidos los radicales, haber aprendido algo.
Me refiero a que antes que nada es necesaria una alianza electoral, de esas que no agradan a nadie, para superar la primera vuelta y evitar que los candidatos peronistas, oficialistas y pre-oficialistas, polaricen las elecciones. Porque si así sucediera, temo que nada habría cambiado. No olvidemos, que aún no han puesto al asador todo el peso de sus estructuras de campaña. Que falta un año, y si algo les sobra, es plata.
El Sciolismo cree que le falta captar al Establishment que el gobierno a cada rato le espanta, y que la base que necesita del voto ciudadano ya la tiene.
El Massismo, ya tiene gran parte del Establishment que necesita, es más, hasta pareciera que desde allí se ha creado al Massismo, pero le faltan espacios territoriales y votos de la gente. Y a como dé lugar, están poniendo en práctica políticas comuneras de alianzas mínimas diferentes. Algo así como la Biblia y el Calefón.
Sin embargo, no podemos permitir que el país se nos diluya en esto. En solamente esas dos alternativas. A ellos también hay que exigirles más. Mucho más.
Del otro lado, lo que reconocemos como oposición, fuera del peronismo y fuera del gobierno, debe buscar Alianzas temporales; la primera electoral, la segunda, política. En ese centro golpea “el incidente Carrió”. Es lo más difícil. Se les está exigiendo liberarse del Yo Supremo, por la Gente. Por el país del que hablan ¿Tendrán esa Grandeza?
YAYO H.
LA5PATA