Había expectativa, se sabía que podía ser un Coloquio diferente. Por las más de 900 inscripciones. Por la cantidad de Periodistas. Por los políticos y las legislativas a un tranco. Y lo fue. Salvo, y solo por Don James Robinson, el autor de “Porqué fracasan los Países” quien dio el puntapié inicial del Encuentro. Por momentos parecía desconocer que estaba en Argentina, comparándonos con países con los que sería imposible establecer algún tipo de dualidad dentro del contexto que él mismo utilizó. Tuve la impresión que alguien le abrió la puerta y un ventarrón le desparramó los papeles que tenía preparados, y entonces fue exponiendo lo que iba juntando del piso. Desconcentrado y tenso. El hombre era una promesa, que finalmente tambaleó desarregladamente desde la revolución industrial inglesa a la argentina de hoy y los países de la región. Aunque reacomodó parte de lo inicial de su presentación al momento de responder algunas preguntas. No cuando expuso. Excepción hecha de Robinson, quien sin dudas ha logrado un gran libro junto a Daron Acemoglu, el resto del Coloquio brilló en contenido y conocimiento. Hubo, sobre todo propuestas firmes, acerca de las que cada político que se precie de tal debería interesarse. Y si se tratara de funcionarios, más aun.
Miguel Blanco realizó una perfecta síntesis de lo que se esperaba en esas tres jornadas que ahí mismo arrancaban. Scioli, no tuvo más remedio que reconocer la inflación, y el fracaso para controlarla, y agradeció el esfuerzo que hacen para organizar IDEA (sí, con esas palabras).
Ante la mirada imperturbable de Gabriel Martino, Cañonero nos explicó cómo tanto dinero de la bonanza se puede despilfarrar sin medir las consecuencias futuras, y no solo en Argentina, en Brasil también (¿Por qué tuve la sensación que Brasil llega a preocuparnos más de lo que nos sucede a nosotros mismos? ¿Será que en décadas no hemos podido siquiera parecernos? ¿O que sin gobiernos el empresariado solo, no puede hacer nada, tanto como los gobiernos sin empresas?). México niega a Brasil en esta etapa, y Brasil a nuestra producción. Difícil competir con un México tan barato. Mientras, somos brasildependientes. Cuando se habla de competitividad, no se habla de otra cosa que de corregir cada costo. Desde el interior al puerto, los valores pueden ser mayores que desde el puerto a Asia ¿Y las PyMES no asociadas al Gobierno? Bien, gracias!
Finkman, me convenció que las adicciones son bravas, no solo la malta mal destilada, junto a las drogas y el cigarrillo, sino que Emitir papeles también es una de las peores adicciones. Beatrice Di Mauro trajo algo de tranquilidad, ya que la Eurozona está dejando atrás una de las peores crisis, y el Euro dijo convencida, sigue para quedarse.
Casas Rúa, puso en claro que los Ni-NI, ni tienen buenos padres, ni buenos gobiernos, y seguramente los abuelos tampoco fueron buenos, y que hay que arremangarse para que todos nos hagamos cargo. Que sin escuelas, sin trabajo, y sin un capital al menos simbólico, los ahora Ni-Ni, van a ser Siempre-siempre. La esperanza es que también hay un buen liderazgo joven para la inclusión tan aludida, pero me permito aclarar que no es precisamente La Cámpora. De lo que dudo, es si algunos funcionarios tienen idea de cuál es la base de la pirámide hoy.
Arroyo en su intento de sacarle los fondos a la nación para llevarlos a cada municipio, a gobernadores responsables con tutores de por medio, me emocionó. Imaginé ese país por segundos. El Dr. Salvia pareció no interesarse tanto en las próximas elecciones, ya que más importante sería interesarse en las próximas generaciones. Castelli aseguró que no es verdad que un pobre quiera ser pobre, ni subsidiado, y pidió que lo acompañemos a meternos en ese tema, porque hay mucho para hacer. Acaso, imagino, seamos una parte tan inconsciente como inconsistente, cómplices finales de cada pobreza.
Abad me primerió con dos conocimientos que descuidé, el Cínico y el Clínico, sobre todo cuando explicó que las Dirigencias lo saben. Sabsay estaba convencido que dejar la Constitución en un cajón es lo mismo que perderse el respeto, algo así como lograr que se confundan en un abrazo medio beodo los tres poderes, antes que puedan distinguirse por su independencia, sobriedad y frescura. Pepe Nun, bueno… Pepe Nun luego de unos minutos de cátedra, nos terminó de convencer que aunque tengamos 30 años, no es precisamente de Democracia de lo que hablamos ni de lo que nos preocupamos. Y que no son tan jodidos los que hacen mal, sino los que nos sentamos a ver lo que pasa (Einstein), una de las razones del Amigo- Enemigo.
Barbero, Indart, Kohon, M. Salvia, Sanchez, dieron para dejar pensando, aun con diferencias, de qué manera debemos comenzar a ocuparnos cómo transportarnos en el país, cuándo y en qué, y con qué gasto. Lástima que no estuviera Don Julio ya que advirtieron que a este paso la SUBE, va a subir mucho. Es preferible la confrontación de ideas, que la ausencia de una parte de ellas.
Juan Llach, Pérez, y Bertazza, bajaron todos y cada número. Si lo impositivo y lo tributario te aburren, ahí no podías. Hasta explicaron qué está mal, y que deberíamos cambiar. Sugerencias, claro. Y afirmaciones, de por qué el mínimo no imponible no se impone ante supuestas ganancias que lo pasan por arriba, con una inflación que va de lejos allá adelante.
Con Arriazu, Yeyaty y Lucas Llach, confirmé mis sospechas. El dólar no es el culpable de tanta ambición. La irresponsabilidad, sí. Hay un sujeto que puede vencer la irresponsabilidad, lo llaman Consenso. El tipo puede ir hasta afuera y traer gente que invierta. Si encuentran a Consenso, desde ya. Porque solo el Consenso puede arrimar los dos dólares; son dos ¿no?
Insaurralde dejó en claro que a veces es mejor no estar. Y que Cabandié es más importante aunque no quiera ni verlo. Stolbizer, que ha crecido solitariamente. De Narváez, que hay que insistir en arreglárselas como se pueda cuando ya no se puede. Y Massa, que aunque no se lo imaginaba hace un año, ahora está más seguro que nunca.
Llegó el broche, si Campanella va a estudiar Ciencias Políticas, deberíamos mandar a algunos representantes del Congreso Nacional y a unos cuantos funcionarios a la UBA, o al menos que la conozcan, después de articular la nueva reforma educativa, porque antes es imposible.
Alguien de Carta Abierta me podrá decir; “Claro, porque muchos de ellos no fueron funcionarios ¿no?”. Y sí, es verdad. Pero un funcionario sólo, no cambia un gobierno, menos aun sin gabinete. De eso se trata, que quienes aportaron pueden hablar con experiencia. Que han crecido más que el Relato.
En 25 años, muchos Congresos y Encuentros me han dejado más preguntas que respuestas. En este Coloquio, guardé unas cuantas respuestas junto con la ropa, cuando hice los bolsos para pegar la vuelta.
En el viaje hablamos con colegas acerca de temas específicos que nos daban vueltas. En un kiosco a la salida de Mar Del Plata, compre el diario que me faltaba leer, había visto los demás. Siempre se trata de colegas por los que sostengo respeto antes que cualquier diferencia. El respeto es irremplazable, las diferencias se conversan.
Después de leer los artículos de los diarios, y de terminar un capítulo más de Doce Cuentos Peregrinos de Márquez, para liberarme, claro, y en la soledad del segundo piso del micro ante un calor insobornable que golpeaba el parabrisas cuando todos huyeron dejándome solo, supe que hay mucho por hacer, que estamos en una meseta, donde se valora lo realizado, pero hay que trabajar y reconstruir cada error. Corregir e innovar, crear desde adentro ¿Podremos? Volvían dos frases permanentemente, acaso las más escuchadas en Mardel; una, “La corrupción”, la otra, “es posible cambiar”. Hay propuestas, hay gente, hay ganas, y mucho capital social. Hay que producir, siendo ingeniosos desde el mercado interno y desde cada empresa, ante imposibilidades de colocar producción afuera. Un 2014 que todavía no comienza, pero que ya nos exige. Hay una pregunta cuya respuesta no pude meter en el bolso; si la rentabilidad desciende debido entre otras cosas a insumos que debo pagar en moneda verde ¿Por qué los impuestos suben? Aunque lo digan en voz baja, todos sabemos, Gobierno y Empresas, que el fondo de cada cuestión es controlar cada mecanismo, para que no nos roce ni de cerca un milímetro de la empleabilidad. Estamos todos, metidos a lo mismo. Debe comenzar a aparecer el Gobierno, no solo en Tecnópolis, o en la UIA. Está obligado, por dos años más, a sacudir el debate.
En Buenos Aires me esperaban. Siempre es bueno que te esperen.
YAYO HOURMILOUGUE.
LA 5PATA.