En otras circunstancias, uno podría pensar que el blanqueo, o la amnistía fiscal anunciada, como medida, no están mal;
El Anuncio de la AFIP para quienes se suscriban es el que sigue:
-Lo declarado quedará exento de impuestos atrasados, lo que incluye créditos y débitos bancarios.
-No pesará ninguna sanción administrativa ni penal.
-El dinero declarado, se deposita en un banco local y se cumple con una declaración jurada.
-Es necesaria la declaración jurada del impuesto a las Ganancias y Bienes Personales, solo de este año.
-Quienes estén investigados por lavado de dinero, financiamiento del terrorismo y funcionarios públicos (de cualquier poder y jurisdicción), no podrán ingresar dinero a lo que denominaron «exteriorización voluntaria». Según palabras de Echegaray, están exceptuados de esta posibilidad, quienes estén imputados por lavado de dinero, terrorismo, tráfico de drogas o trata de personas, tampoco funcionarios públicos de los tres poderes, de gobiernos provinciales, municipales y sus familiares directos, ni funcionarios de los noventa, ni los ochenta.
Hasta allí, muy sintetizadamente, el anuncio.
Me pregunto por qué no se mencionó del 2000 para acá, pero, en fin, no se hizo.
Fue Marcó del Pont en lo que podemos interpretar su propia casa, con visitas, quien dijo que con esto se hacen “eco de planteos del mercado y del sector, para que se generen nuevos instrumentos que vuelvan a dinamizar la construcción»
¿Quién no querría que regrese cada dólar que viajó al exterior, comenzando por los de la corrupción gubernamental, de éste y tantos gobiernos, o de aquellos empresarios que sacaron su dinero tras grandes rentabilidades, para volcarlos a la inversión y la productividad? Lo más curioso, y no digo que esté mal que se haya aclarado, pero sí al menos adquiere peso por su ironía y tanta duda, es que el dinero de la corrupción, y digo de la corrupción propia, no pueda regresar. Aunque podría.
Vayamos al tema desde lo periodístico, lo social y político, ya que no soy economista; están quienes sacaron divisas debido a que la mayoría de ellos, o en tal caso, quienes echaron llave a la caja fuerte, ya no pueden perder más ante tanta voracidad ejecutiva y tanta desconfianza propia hacia quienes gobiernan. El dólar pasó a ser la reserva familiar propia. Ni los métodos de Kicillof, ni de Moreno, ni el “me quiero ir” de Lorenzino, ayudan demasiado, menos aun, el Indec del que se apropiaron. Digamos que el Equipo que presentó la medida, ya no califica crédito alguno, y no lo asumen. En 2009 se blanquearon 4.000 mil millones de dólares ¿Cuál ha sido el resultado de aquello? No hay dólares. Y no se detiene la emisión de pesos, en una inflación, cuna de este problema, totalmente negada, y que es el centro de la cuestión.
Un mercado inmobiliario colapsado por medidas ejecutivas. De prosperar esto, se pretende reactivar ese mercado y el energético, con Bonos. Es decir, con más Deuda. Un Gobierno que recaudó lo que ninguno, con crecimientos que llegaron al 8% anual, necesita endeudarse, para recuperar lo que con su conducta obligó a emigrar al exterior; cada dólar de los últimos años.
Los bonos de YPF “Bono Argentino para el Desarrollo Económico”, un título de deuda pública que emitirá el Estado Nacional, serán en dólares. Pagarán un interés del 4% anual y vencerán en 2016. No cierra, tratándose de bonos del estado al 2016, con una política energética que no ha demostrado más que aplausos propios. No hay resultados a la vista, invertir en YPF, no seduce a quienes podrían invertir.
La reactivación Inmobiliaria, habría que analizarla a fondo, se trata de Certificados de Depósitos Inmobiliarios (Cedim), y también serán en dólares. La implementación, de la que poco se sabe, define la medida. Por lo pronto, ¿Quién vende en Bonos una propiedad? ¿Esos Bonos, en tal caso, se convierten para el vendedor en dólares inmediatamente? De no ser así, su pérdida como propietario sería tan voluminosa como riesgosa. Hace horas han aclarado que se podrán cobrar en dólares, acaso ante las declaraciones del sector inmobiliario, incrédulos de la medida.
En cuanto a los millones de dólares que hay afuera ¿Quien puede ingresarlos para entregarlos a un gobierno, que entre otras cosas fue la razón de que fugaran? Y nada menos que a un Banco Central. Un capital que tributará impuestos una vez “blanqueado”. Un BCRA que debe más de lo que tiene, sus pasivos acumulan hoy 220 mil millones de pesos (Roberto Cachanosky). Una medida que no empareja la brecha cambiaria entre los dos dólares que conocemos. Hasta es probable que la acreciente, ya que quien tiene pesos, pretenderá cambiarlos por dólares en el mercado paralelo, no en el BCRA. Definitivamente, quienes poseen dólares ilegales, ven en esto una gran oportunidad.
Recurramos a lo que conocemos ¿Quien no quiere cambiar las condiciones para que se invierta más en Obra Pública? El problema es diferenciar si se invierte, o si se corrompe. Nada es más fácil que los sobreprecios y las licitaciones a amigos cuando se tiene el poder. Este no es el gobierno que nos de confianza precisamente para avanzar sobre el tema. Hoy por hoy, es difícil que dentro, y en el exterior, en los mercados se compre deuda argentina.
Si como medida, potencialmente puede llegar a ser buena en su intencionalidad, como contrapartida cuenta con un paredón de imposibilidades potentísimo; Un Gobierno en el que ya pocos creen, y que ha generado el ostentoso privilegio de defraudar. Como si fuera poco y a destiempo, parece no notarse cada efecto global de la economía. Se trata solo de necesidades internas. ¿Cómo saber que el dinero que ingresa no procede de lavado de dinero, terrorismo, tráfico de drogas o trata de personas? No hay forma de saberlo. Uno hasta puede creer que esta decisión, modifica implícitamente la ley de lavado. Por otra parte, un CEDIM, habilitará hasta a los escribanos, que no podrán objetar el bono. Y antes que el escribano, puede haber pasado por cualquier testaferro prestanombre.
Pero aclaremos algo; No hay deseo en la gente, ni en la buena crítica, de que las cosas anden mal como Kicillof ha dicho hoy. El señor Kicillof tiene que hacerse cargo de las desprolijidades que han sembrado.
No nos equivoquemos, ante la imposibilidad de reconocer tanto error grosero, y la inobjetable pérdida de Reservas; La medida, y el hecho, por ahora, vuelven a llamarse Desesperación por parte de los Funcionarios, y Desconfianza por parte de la sociedad.
YAYO HOURMILOUGUE
LA 5PATA.
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