Ya es 22 de febrero.
Es curioso lo que la Presidenta Electa expresó en Tecnópolis. Acerca de las victimas de Once. No es sin embargo aceptable un aplauso tan vacío y surrealista. Pero no debe extrañarnos. Se trata de un nuevo canal para el futbol de todos, aunque en lo que mi concierne, mi parte, a este precio, no la quiero. Tampoco al precio de cada jubilado.
Y es curioso que ante hechos de esta naturaleza, como Once, se exija premura a la Justicia, y que ante otros temas que la Intolerancia no acepta, se embata contra la Justicia. ONCE es sin dudas, un Delito Político.
El mismo Gobierno que negoció y se reunió más de una vez con los Cirigliano, responsables de TBA, y tuvo Ministros de Transporte hoy sospechados y con causas abiertas, asume observar las cosas desde afuera, como un extraño sin responsabilidad alguna, cuando en verdad no puede evitarse semejante costo político. Cincuenta y una muertes, más de setecientos heridos, y un asesinato inexplicable hace días, el del maquinista Leonardo Andrada, testigo en la causa. A lo que se une lo esperable, la tensión trae las primeras y grandes contradicciones políticas en las que se ingresa inevitablemente; un Vicepresidente pretendiendo aceptar un Homenaje Simbólico a las Víctimas de Once, para congraciarse quién sabe de qué o con quién, ya que en una Democracia con Valores debería estar de Licencia, y un Senador Picheto oponiéndose, argumentando “un pedido improcedente” ¿Qué es lo procedente en este país?
“Cuando un Ciudadano termina aceptando lo que se niega a aceptar, y sucumbe ante la imposición de Poderes que van en contra de cada uno de sus principios, el agotamiento exige que se debe comenzar nuevamente; porque ahora estás parado sobre una tierra enferma, y es preciso que hagas lo necesario antes de que termine siendo, la tuya, una tierra arrasada del todo”.
YAYO HOURMILOUGUE.
LA 5TA PATA.
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