OPINIÓN. YAYO H.- “Negar el futuro”.-LA 5PATA-(AUDIO)

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“En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas con tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para que sirven”. Esto lo dijo el Nobel de Medicina, el oncólogo brasilero Drauzio Varella.

Y nos obliga a una cuantas cosas, saber que vivimos negando el futuro. No se trata de que las mujeres no se vean mejor, y que los hombres prorroguen su virilidad, en buena hora, pero eso no nos habilita a gastar más que en otras necesidades inmediatas.

Y a los Gobiernos, les sucede lo mismo. Fijan prioridades en orden a lo que creen, no a lo que ocurre. Arrastramos, una negación hacia el mañana, discutiendo el presente, a partir de pasados en los que no nos hemos puesto de acuerdo, ni lo haremos. Cada vez menos gente dice, y en buena hora “tendrían que volver los militares”, y eso es un avance de discusión generacional, a partir de hechos rotundos. Pero negar otras realidades o hechos evidentes nos coloca donde estamos. Demos rienda a ese atributo argentinista y hasta diría bolivariano, y neguemos;

No hay Comunidades Indígenas desterradas en Argentina. Ni hay desaparecidos en democracia. Ni muertes. Ni mujeres violadas. Ni gendarmes, ni policías, ni prefectos pobres. Ni un puñado de ellos que se excedan cuando olvidan que son asalariados. Ni hay trata de blancas. Ni mujeres que no tengan derecho a decidir sobre sus cuerpos una vez que fueron violadas. Ni hay comedores escolares en el territorio de dos o seis pesos por día y por chico. Ni existen los discursos deshonestos por parte de los mediáticos más encumbrados. Tampoco hay mujeres golpeadas.

Ni hay moralistas que insistan que la vida surge desde el primer análisis clínico, aunque después y en verdad, no se hagan cargo de nada. Sobre todo cuando niegan el sexo como placer y como vida, y se aferren temerosa y estúpidamente solo a una relación para procrear, donde al mismo tiempo se oponen a los profilácticos. No, no hay nada de eso. Tampoco miles de mujeres que mueren por abortos clandestinos. Ni moralistas que paguen putas después de un gran discurso en respetados auditorios desde los que insisten en cerrar cabarets.
Y en la otra punta, no hay “Madres del Dolor”. Fueron inventadas por opositores.

Tampoco existe en Argentina un Juez de apellido Tettamanti que renuncie ente los dichos de un Ministro de Justicia y de algunos miembros del Consejo de la Magistratura, habiendo una Ley de Medios a la que le faltarían correcciones éticas, por no llamarlas políticas. Digamos que no hay capitalismo de amigos ni amigos del gobierno dueños de grandes Medios, desde la nada.

En una palabra, la moralidad extrema niega todo esto, y los progresistas que gobiernan también lo hacen, pero es más grave, lo hacen en los hechos.

Una mujer violada, tiene derecho a decidir lo que quiere, y sabe que si le prometen contención posterior a los 9 meses, le están mintiendo. Y el camino que le queda será el abandono de propios y extraños, justo en el momento en que deje de ser una, para convertirse en dos, o más.

Han dejado de ser temas morales, han dejado de ser temas sexuales, han dejado de ser temas teológicos o religiosos. Son temas sociales, que se abordan desde la más monumental hipocresía. Lo que significa, que no han dejado de ser temas Económicos.

La ignorancia tapa a la ciencia. La política a la justicia. Y los que hacen buenos negocios partidarios, tapan la sociedad.
No es verdad que la nueva ley de ART reconozca que mueren 21 personas por día en argentina, trabajando, y que detrás de esto, no hay otra cosa que un gran negocio. O que los Jubilados ya no puedan con expensas ni remedios. Ni que la CTA no reconocida por el gobierno haya completado una plaza histórica. O que la Inflación del mes pasado haya sido del 0,9%, o sea casi la mitad de la real.
Tenemos tres poderes acerca de los cuales uno se impone sobre los dos restantes, y una sociedad que recién comienza debatir, pensando en intereses personales, antes que colectivos.

La división de cada uno, está dentro, errante y lacónica.
Siempre hizo falta poco para dividirnos, hasta que alguien lo advirtió, y lo utilizó para fines propios, precisamente en aras de una libertad inexistente.

Estamos asintiendo al gateo de una sociedad violenta, que solo una sociedad responsable puede detener. Cuando un esperma atraviesa la pared de un óvulo, hay un comienzo, sí, pero el desafío es lo social; antes de permitir que avance en un cuerpo ajeno, pensemos que estamos permitiendo que llegue un ser más a integrarse a miles de pobres y a una desigualdad a la que moralistas e hipocresía, poco les importará luego. Tendrás ejércitos de adolescentes revolviendo basura, y buscando paco y armas, si antes no invertimos en escuela lo que hoy se miente, o al menos, no alcanza, por insuficiente.

Si nuestros hijos existen, fue porque siempre supimos que teníamos que hacernos cargo, y que los podíamos amar. Otra cosa, hubiera sido un error. Un error que miles cometieron y seguirán cometiendo.
Ahora resulta que acerca de esto, opinan Caranchos Judiciales y políticos moralistas, con una Cruz en la mano.

Las Instituciones existen porque hay gente que las hace. Entonces el respeto institucional hacia cada una de ellas, debe ser inexorable, a no ser que cometan un crimen. No fabriquemos errores, si una mujer fue violada, no ha cometido un crimen, es una víctima con derechos.
Si un indio es acuchillado, tapamos las Redes lamentándonos, pero nadie, o pocos se acercan. Quienes deben hacerlo crean agendas con temas superiores y no dan la cara, tiene sus Twitters específicos para evitar lo inevitable.

Estamos empequeñeciendo, en la medida que nos compadecemos del otro, sin meternos como deberíamos en cada tema. Opinamos, olvidando el tacto. Tocarnos, escucharnos, mirarnos.

Una mujer abusada es por lo general una madre sin deseos de serlo. Un político que cobra y no cumple su rol, está robando. Un indígena apuñalado por defender su tierra, significa que hubo y hay allí, un gobierno desinteresado que mira de lejos la mano que asesina, a su vez lacayo de terratenientes con los que algún funcionario cena. Un Periodista que calla o niega lo irreversible, no debería llamarse periodista. Y un Gobierno que maneja la Justicia, imponiéndose, es un Gobierno sin ella. Que la elimina de a poco, con impunidad.

YAYO HOURMILOUGUE
LA 5PATA WEYA.

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Autor entrada: Editor

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