No es una buena palabra, la “Ambigüedad”. Y no queda espacio en la praxis política de estos días, para el ensayo. O sea que lo que se ve, hay que leerlo como toda una definición de lo que ya no va a cambiar en esta gestión.
Hay, indudablemente una Justicia, o al menos una parte de ella, que nos condena a la desesperanza. Y que debemos reprobar. Que se agacha ante la voluntad política. Podría referirme aquí al caso del Dr. Rafael Sal Lari, donde “El Jury de Enjuiciamiento pidió a los familiares de las víctimas, una caución de $180.000 para permitirles seguir con la acusación de una sola de esas causas, dejando de lado, otras 10 graves acusaciones restantes” (Fuente; Gustavo Posse). Hablamos en este caso de un Juez que tras dejar en libertad a criminales que reincidieron y costaron la vida de inocentes, conto con un Jury de Enjuiciamiento que desde lo técnico albergó toda una decepción social, beneficiando al acusado.
Pero creo que el tema es más profundo que esto. Y avanza a contramano de los esforzados discursos de lucidez que se hacen por contener la balanza desde la Corte Suprema de Justicia, y quienes la integran hoy. Al parecer sus esfuerzos son vanos, pese a sus buenas intenciones.
Deambulemos un poco por estos pasillos; Los presos que trabajan, cobran. No me voy a oponer a eso, incluso tienen su sindicato donde Hugo Yasky, al frente de la CTA oficialista, cuenta con más de 350 afiliados. (Fuente; Tiempo Argentino, 27-07-2012 Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria –SUTPLA-). Dichos fondos, son arbitrariamente administrados por el Servicio Penitenciario Federal, y ésta fue una de las razones por las que se agremiaron.
Lo que me parece una inmoralidad es que la media que cobran, alrededor de $ 2.300/2.500 por mes, sea superior a la mínima de un jubilado argentino. O que perciban más que los familiares de las víctimas si de resarcimientos hablamos. Y que esta situación vista como medio, resulte de gran utilidad para otros fines políticos. Tanto, como para que se elimine un sumario interno a un preso solo porque participó de un acto oficial.
Hay una Política Macro-Espacial, de rasgos sectarios y defensivos propios, que sostiene a la Justicia solo en sus discursos mientras en los hechos la amenaza, la usurpa, y en esa invasión, la reduce a expresiones mínimas y vergonzantes, la degrada descuidando que la Justicia es un Poder más del Gobierno, no un Poder por debajo del Ejecutivo. Y que es, o debería ser, independiente. Se trata de lo más crítico de un gobierno democráticamente totalizador, que se asume dueño, y no representador mayoritario en los hechos.
El Jefe de Gabinete Abal Medina, aunque después intente desdecirse, y más allá de incrementar su patrimonio en un 49% en el último año, 2011/2012-(lanacion.com), ha explicado lo inexplicable, que la violencia y cada muerte diaria en las calles son producto de la derecha. La Ministra Garré hace pocas horas, basándose en estadísticas en las que nadie cree, dijo algo parecido. Y El Ministro de Justicia, y la Presidenta de la Nación, han pretendido explicar que la salida a “eventos culturales” de presos, son parte de un proceso de adaptabilidad social, de reinserción social. Bueno, de ser así deberían enterarse que los resultados son pésimos. O al menos, que alguien que llega a la cárcel después de matar en las calles y que debe purgar 18 años, no puede salir al menos hasta promediar los 9 años, o sea que los fines que esgrimen nuestros funcionarios, se convierten en ambigüedades que no convencen a nadie, peligrosas además. Nadie se opone a la adaptabilidad social, pero cualquiera sea, no es la que el Gobierno pone en práctica.
Estamos mal.
Lo correcto hubiera sido que el mismo Ejecutivo removiera y sumariara a quien dejó salir a Eduardo Vázquez condenado a 18 años y quien desde hace poco, muy poco, cumple condena por homicidio, y convocar inmediatamente a los padres de Wanda Taddei para darles una disculpa pública. Hubiera sido, honrar a esos Padres, y con ello a todos. Honrarse el gobierno a sí mismo, o comenzar a hacerlo, con algo, hablo de actitudes hacia la sociedad, una red más que compleja y diversa. Contrariamente, hay otra explicación más sutil, el gobierno defiende lo que le va quedando, cada vez menos, y no puede andar despidiendo o pasando a licencia a cada funcionario que peca, comenzando por su vicepresidente. Digamos, que antes de abrirse a cualquier debate, el poder se encapsula cada vez más. El Ostracismo en este caso defensivo, es un error, el mayor.
Políticamente, nadie le hace tan grandes favores a Scioli en esta etapa, como el Gobierno y el propio Mariotto, solo por citar algún caso. Obligadamente hay espacios vacíos que gusten o no, comienzan a llenarse con otras miradas. Ocurre que el gobierno ya no solo se excede, sino que invierte cada valor. A tal punto que tarde o temprano va a poner de pie a quienes derrotó en las últimas elecciones.
La lectura es más simple, ante una cantidad de errores burdos y variados que comprometen diferentes áreas sensibles, y que no resisten análisis de sensatez, en lo político, y lo económico, el gobierno no retrocede, y retrocedemos todos. Ocurre cuando quien debe ordenar, administrar y mandar, asume ser el depositario de todas y cada una de las verdades, sin lugares para el merito del error propio. Pasa de esta manera a ocupar espacios que no son de su competencia, en un eje que pierde lo fundamental, el Derecho de los demás. Por otra parte, los guarismos económicos oficiales son números distantes de la realidad futura y presente, apoyados en un consumo que fue y es necesario, y que comienza a complicarse, donde sin asumir la inflación, el gobierno desplaza, allí también, cada eje según le convenga. Como si fuera poco, la práctica del gobierno no nos remite a un cambio de modelo, sino a una heterodoxia económica sumamente conocida en el país. Y dejar gente sin trabajo en diferentes sectores, sin reconocerlo, no se parece en nada a Progresismo alguno.
Hay en el aire, una Arrogancia que no hay que confundir con fortaleza para evitar la Debilidad, por el contrario la arrogancia siempre es una debilidad.
Nos situamos, de a poco, ante una suerte de Gobiernicidio Democrático.
Cuando un poder enferma, esa sociedad debe ponerse a salvo. Hay que agotar la institucionalidad al límite, duramente, para ponernos a salvo de quienes precisamente deberían defenderla y sin embargo la revierten.
Definitivamente, la “ambigüedad” no es buena; ¿Quién puede ante los hechos diarios, ante lo social, lo político, lo económico, seguir escuchando semejantes discursos o afirmaciones? Solo los Aplaudidores Profesionales, como los llamé hace ya mucho tiempo.
Ponerse a salvo hoy, significa asumir el más alto rol de Ciudadano, aguantando cada consecuencia. Un rol que todos desde su lugar y más que nada el Periodismo, deben atesorar. Acaso Carta Abierta o alguno de sus integrantes, se lo estén replanteando.
Sin ambigüedades; A este paso, ya no sabremos si nos tenemos que defender de los criminales, o de unos cuantos funcionarios.
YAYO HOURMILOUGUE
LA 5PATA WEYA.-