Opinión- YAYO H.- Indecencia y Triunfalismo.


En lo que sigue no hay nada personal. Si lo hubiera, hablaría desde mis debilidades, y aunque se insista con lo ofensivo y con la violencia día a día, prefiero resistirme, ya que no hallo caminos en esa dirección.

Boudou debería pedir licencia hasta que la Justicia determine si es culpable o no de las causas que lo involucran. Debería hacerlo, para permitir oxígeno al gobierno, estemos o no de acuerdo con el Ejecutivo, ya que, convengamos, es el único gobierno nacional que tenemos. Y debería hacerlo con la antelación necesaria. Eso es lo que tendrían que sugerir los senadores oficialistas que lo sostienen, contrariamente a lo que hacen. Para no arrastrar con él, a nadie. Y por él mismo. Se trata de Decencia. Lo contrario es In-Decencia.

En la Ciudad de Buenos Aires, el Jefe de Gobierno también debería hacerlo, para volver en caso que sea inocente como él explica, incólume al cargo que obtuvo en elecciones democráticas. Sé que unos y otros interpretarán aquí, que no hay comparación entre un tema y otro.

Uno es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad, pero me refiero aquí y en ambos casos, a decencia política. No hace falta ser demasiado inteligente para darse cuenta que uno no puede continuar así, ante la mirada dubitativa de la Sociedad, como si nada, caminando por la vida. Cada Constitución y la Carta Orgánica de cada Partido, deberían prevenir estas cosas. Considerarlas al menos. Nadie está conforme si aquél a quien se elige, o, a quienes eligen sobre los destinos de uno, tienen el ojo de la justicia encima.

En ninguno de los dos casos me refiero a la Ley escrita, sino a la dignidad de las personas de cara a una sociedad, cuando se trate de Funcionarios electos. Aunque suene extraño lo dicho. Lo normal, es que suene bien. Hablo de legitimación propia. Lo que la ética debería lograr y no consigue desde hace años. Difícil en un país donde Aníbal Ibarra es legislador, luego de Cromañón y un juicio político.

Ningún funcionario debería ni por asomo continuar en su lugar en tanto sea sospechado por la Justicia y las Instituciones, ni siquiera cuando existiera de por medio un Juez parcial, ya que más adelante, para eso también está la Justicia. O quiero imaginarlo. Nos ocurrió en los 90 y no escarmentamos. Si no, podríamos hablar de una Política de Falibilidad Permanente, lo que la hace fatigosa. De Fallística Institucional Crónica. De des-crédito sensorial.

Ahora, demos vuelta la página. El exceso de poder, involucra también la desconexión de la realidad. Sucede cuando se llega al Triunfalismo. ¿Cómo explicar el Triunfalismo Político? Va más allá de las palabras, y se revela por la alegría y lo gestual del cuerpo, incomprensible de ser compartido por los espectadores más alejados si es que viven realidades distintas, entre ellas, la distancia emocional del supuesto triunfo.

Digamos que Triunfalismo es el Logro solitario de quien se convence de un importante hecho autoproclamado, junto a cada vigoroso allegado complaciente que lo aplaude, por convicción o interés.

Angola, aunque quiera, aunque me lo proponga, parece una mala película. Si va a haber carne y dulce de leche para todos, deberíamos comenzar por casa, aquí nomas en el AMBA y en cada Provincia.

¿Cómo no entender a empresarios que no quieren perder el vuelo porque ven posibilidades de ubicar sus productos? No importa que a bordo se mezclen productores PyMES, con Arribistas. Seguro viajan personas con determinaciones diferentes y de todo tipo.

Pero es preciso que tengan claro que viajan a un país con más de treinta años de corrupción, donde el Hiper Presidencialismo extremo vive casi desde cuando echaron a los portugueses, pasando por dos guerras civiles, y coronando en 2010 una nueva Constitución que decidió la posición dominante del Presidente Eduardo Dos Santos. El mismo de entonces. Desde casi siempre. En Angola no hay división de poderes, la abolieron, igual que el cargo de primer ministro, funciones que ahora asume solo el Presidente, quien por otra parte comanda las Fuerzas Armadas y el Supremo Tribunal de Justicia ordenando quien es Juez y quién no. No hay elecciones presidenciales, ya que la Constitución de 2010 establece que el Jefe del partido más votado, es el Presidente. Un país al que internacionalmente se le adjudica bajísimas calificaciones respecto a DDHH.

Entonces, nuestra Presidenta, a la que hasta 2015 hay que cuidar, no puede decir en un contexto internacional, que con Angola, “nos complementamos” ¿O sí?

Hablando de medias, aquí también tenemos chicos descalzos. Y recorrer el mundo para regalar cierta suerte de odio indirecto, es vergonzoso para todos, y denigrante para quien lo hace.

Y antes de olvidarlo. Entre lo contrario a la Decencia, y el Triunfalismo, miles de personas todavía están sin subte.

http://www.goear.com/listen/66c83bc/comentario-de-opinion-19-05-2012-yayo-hourmilougue

Compartí el contenido:

Autor entrada: Editor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *