El Bien.

Hasta ahora esperé por los resultados de la reunión entre los Representantes del Gobierno Nacional y de La Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es la hora 21:17.

Acabo de escuchar la primera medida inteligente: El Gobierno Nacional pondrá un peso por cada peso que invierta el Gobierno de la Ciudad para esta emergencia de intrusos en predios públicos y privados.

Nadie que este ocupando un terreno compulsivamente tendrá acceso a la posibilidad propia de vivienda, así como no podrá percibir plan social alguno. Para que exista la posibilidad de ser beneficiario, deberán anotarse. Esto implica acatar las reglas del juego que decide “lo político”, sin descuidar “lo social”.

Es una medida política. La primera. Aguardemos la respuesta de quienes enarbolan una pretensión errónea desde lo estrictamente judicial y político, no tanto así desde lo social. Esperemos.

Quedan pendientes “Las Causas” que permitan analizar en estos días el origen de lo ocurrido. Habrá tiempo. Y cada decisión llegará a una urna.

Es el inicio a una posible solución de un conflicto que no debió haber ocurrido. Pero por algo las cosas suceden.

Miles de argentinos trabajamos y no recibimos privilegio alguno. La mayoría. Una cultura que hemos internalizado de nuestros mayores.

Hoy, sin ascenso social efectivo ante la carencia general pública del conocimiento (y sin negar el avance de estos últimos años), no podemos acceder a la coacción social de quienes no valoran el esfuerzo. Sobre todo, si lo que se les va a conceder surge del trabajo de todos aquellos que sí practicamos diariamente nuestras responsabilidades.

Lo que se haga provendrá de recaudaciones a las que todos aportamos.

Falta saber cómo aplicarán el anuncio realizado, la instrumentación práctica. Por lo pronto hay una decisión política que debemos reconocer como tal. Se trata de una solución a este problema específico en la emergencia, no a las grietas estructurales.

Un bien no es lo que se adquiere, eso es un objeto. Y el dinero es papel pintado.

El Bien, está dentro de cada uno. No es otra cosa, el Capital Social.

No se gobierna si mientras se lo hace, no se educa.

Somos La Quinta Pata.
YAYO HOURMILOUGUE.

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Autor entrada: Editor

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