Es como despertar de un sueño, para algunos ha sido un buen sueño, para otros, una pesadilla, como sea, se trataba de despertar. Eso sintetiza el Kirchnerismo.
Después de la Dictadura, después de Alfonsín, del Menemismo, de De la Rúa y algunos breves Presidentes, el kirchnerismo vino a despertar a la sociedad, sacudiéndola de su somnolencia más profunda, hubo quienes despertaron mal, otros, de lo mejor. Mas que un despertar fue una sacudida, donde las decisiones no reconocieron cada límite. Donde lo ideológico se acomodó arriba de lo racional.
Como opositores:
Hay un Macrismo, donde los soldados están demostrando más que el General, quien permanece en su tienda perdiendo posibilidades de obtener poder territorial, más aun, tiene dificultades irresueltas en su comarca. Sostiene la patriada más de un estratégico soldado que conserva el frente. Hasta hace un tiempo lo que el General explicaba ante la sociedad estaba bien, es momento de modificar, de decir algo creativo y diferente.
La UCR es institucional, y cuenta con el deseo de aquellos que han obtenido de la vida una visión intelectual superadora, o que han accedido a niveles educativos importantes, o que cargan con una historia identificatoria hacia el partido centenario. Hay lucidez en cada exposición, pero desbordan por teoría lo que no pueden lograr en los hechos, y los últimos gobiernos, se mantienen latentes en los bolsillos y en el ideario colectivo de las mayorías. En ese imaginario general hay una argumentación que no cierra, hay un vicepresidente de este gobierno que quiere ser presidente nacional por el radicalismo.
Hay un socialismo que avanza, desde Proyecto Sur que crece, y un Partido Solidario, agua que no se mezcla, que como referentes opositores conservan una dialéctica creíble, y que estrechan filas con un Socialismo más universal, aunque con candidatos diferentes. Son una fuerza importante y definitoria para cualquier elección, carecen de territorialidad, y han compartido más de un proyecto con el ejecutivo nacional. Son hombres de probidad demostrada, aquí la distancia es la del elector argentino, incapaz de concebir al socialismo formal progresista como una alternativa a convalidar, incluyendo a grandes productores, una clase media deslucida y desinteresada, y un mercado exportador. Está faltando un Socialismo Global, no por serlo, sino por la necesidad de llegar.
Hay un Peronismo Federal donde Reutemann permanece (no es verdad que se haya ido), pero donde abundan caciques para una tribu muy chica, junto a un historial de pérdidas difíciles de remontar. Son demócratas partidarios que han extraviado el camino ante una argentina en la que de golpe, se han mezclado y despintado los carteles de cada esquina. El tiempo juega en contra de uno de ellos, cuando por factores explicables ganó la provincia de Buenos Aires. Sin embargo reúne posibilidades mayores que el resto, lo que se completa con el poder de Chubut, y el de San Luis, solo que son poder en esas provincias y demostrarlo en todo el país es diferente. Hay un Equipo colorado trabajando. En el resto, hacen falta Equipos que no se ven. Y un Reutemann que no aparece.
Y hay desde 2003, una coalición cívica, demandante, que utiliza parlamentariamente la misma tendencia que antes ejecutaba el Ari; la explicación es obvia, el mismo paternalismo (o matriarcado). Aunque no podemos descuidar aquí la capacidad y la dicción, y el conocimiento de cada tema, a lo que se agrega el compromiso. La contradicción radica en que un Ari, y Una Coalición Cívica se logran con Carrió, pero con Carrió es difícil llegar a un gobierno. Son necesarios, hasta imprescindibles en la riqueza política permanente, ese es el lugar que ocupan, se han quedado a habitar esa razón.
Somos la Quinta Pata.
YAYO HOURMILOUGUE.