Ha publicado la Revista Le Nouvel Observateur, que la caída popular del presidente francés en el imaginario colectivo, es según el riguroso análisis del mismo Sarkozy culpa de su bellísima mujer, Carla Bruni, y lo sintetiza con un simple sustantivo; “Envidia”.
Siglo curioso este en sus inicios, donde no hemos podido manejar cierta fuerza de gravedad del siglo anterior, y que nos empuja a un grotesco que se mezcla con lo bizarro plastificado y que demoledoramente nos atraviesa, sin que podamos ponerle freno, y es la falta de creatividad. Lo que no es creativo se desmorona en lo chabacano, en el insulto supremo a la inteligencia ajena. Y la creatividad es hija del conocimiento.
Que Sarkozy sea impopular, no tiene por consecuencia que se lo envidie. Es impopular porque ha decidió medidas impopulares que han dañado a mucha gente.
Que sea Presidente y tenga una mujer hermosa tampoco es causa de envidia, muchos son felices y despojados de cualquier envidia con mucho menos.
Por años, EEUU y muchos países Sudamericanos, entre ellos Argentina, consagraron el estudio de su formación tomando como referentes indispensables a Lacan, Derrida, Althusser, Foucault, Lévi-Strauss, Deleuze, Badiou, Merlau-Ponty, Lyotard, Canguilhem y a quien los obligó a mucho más, me refiero a Jean Paul Sartre. Tampoco podemos descuidar a Albert Camus.
Digamos que con Presidentes como Sarkozy y muchos en el mundo y en nuestras Américas, casi repetidos en el mismo molde cuadriforme donde los cromosomas políticos tuvieron un fallido, ingresa en su etapa de extinción más aguda el Pensamiento Profundo; Estamos presenciando la extinción de la Zoología Política (Rocca).
Se ha apagado el imaginario.
Muertas la Sociología en su comprensión social y sus ideales mas legítimos, la Teología que construía discusión existencial independientemente de la divinidad, la Política Comparada que marcaba parámetros, y habiendo suicidado el espíritu de las Letras, mientras se despojaba universalmente a los Medios de sus Contenidos más primarios, lo que domina el mundo es el dinero sumado al poder, en el fondo, lo más abstracto de cada uno de nosotros, aquello por lo que se nos ha enseñado a vivir, y a matar.
Sarkozy no tiene solo una mujer hermosa, goza de impunidad e irrespetuosidad a los periodistas que lo entrevistaron, y mediante ellos lo transfiere a toda Francia. Dicha transmisión, es como una agonía humana que no se percibe en su expresión más sutil, lo grosero consiste en el periodista pago para tal o cual fin gubernamental, disfrazado de independiente.
A veces conservar lo más importante es lo más difícil, despojarse de cualquier hipocresía del Poder. Los autores franceses mencionados, explican que un Presidente no es tal, que no consigue serlo, si no reúne los Medios adecuados.
Somos La Quinta Pata.
YAYO HOURMILOUGUE.