Yo te quiero.
Porque no te lo digo siempre.
Y porque sin embargo,
estás detrás de cada cosa que hago.
Silenciosamente. Representada.
Yo te quiero.
Porque ya casi no te beso.
Los gasté todos al poco del comienzo.
Y por eso, son diferentes,
estos besos que ahora invento.
Digamos que te quiero,
porque al cese de palabras,
nos hablamos en silencio.
Digamos que los años me alcanzaron,
y que estás envejeciendo; con mi cuerpo.