Ante las evidencias de irregularidades en la masiva distribución de pensiones sin aportes por invalidez, el gobierno inició un proceso de revisión que generó mucha polémica. Cuando se otorga una pensión a quien no es inválido automáticamente se lo condena a la dependencia crónica del asistencialismo ya que tiene prohibido trabajar en la formalidad. En lugar de suspender la revisión, lo pertinente es mantenerla pero acompañada de instrumentos más eficaces de inserción laboral.
Jorge Colina
Lorena Velázquez
Leo&Asociados
Comunicación Institucional