“La Mentira”. Yayo H. LAQUINTAPATA.- 18 DE NOVIEMBRE 2016.-

Al aire 18,08 HS.

 

Mi padre, el día de las elecciones, lustraba los zapatos por la mañana, y al salir del baño, se ponía la ropa que había doblado muy cuidadosamente. Recuerdo que trataba de votar temprano, porque era quien luego regresaba para volver a cambiarse, encender el fuego, hacer el asado, y esperarnos. Para mi Viejo, la democracia era una fiesta aunque no tuvo la oportunidad de hacer el secundario.  Y cada domingo de elecciones, votar, era una obligación y un privilegio que él sentía que le otorgaban. Años después comprendió que se lo había ganado, y que era su derecho.

A finales de los 90 me dijo que el peronismo ya no existía. Y que el país iba hacia un lugar sin retorno. “Seguí estudiando Vos, que no te pase lo que me pasó a mí”. Yo ya trabajaba en América desde hacía algunos años. Pero él me daba a entender que necesitaba más, mucho más, y que en este país, lo que estudiáramos siempre iba a ser poco. Con el tiempo dejó de mencionar el Rodrigazo, y conservó documentos de los dos colectivos que había vendido en la 60, de la que fue uno de los primeros emprendedores y componentes, porque el boleto para viajar era más caro que ir a cobrarlos. Ironías destructivas de este país en manos técnicas y políticas. Creo que en el Viejo se encendieron los mecanismos de autodefensa tras tanto sufrimiento, para no mostrar más esos pagares, y que quemó un día en la parrilla.

Se me fue en 2004. Justo el año en que registré LaQuintaPata, luego de tres ciclos de estar al aire. Y si bien en 2001 él me escuchaba en Radio El Mundo de 6 a 8 de la mañana mientras mateaba, después ponía el Bedford en marcha, y salía a juntar escombros porque la jubilación no le alcanzaba.

Han pasado los años. Por estos tiempos, cuando uno vota lo hace cada vez  con mayor descreencia, con mayor preocupación, con mayor desconfianza. Sabido es que no toda promesa de campaña habrá de cumplirse. Uno vota y decide por alguien evaluando en ese propósito, y mechando en lo que va, cada gota de ese escepticismo que a fuerza de pretender creer, nos ha vencido. Y si en cada elección miramos lo sucedido en los 4 años previos, hasta dan ganas de quedarse en casa. Pero sabemos que eso no es lo correcto. Y convertidos en una partícula que decide, vamos a esa escuela con nuestra identidad, nuestro documento, o vamos con un documento sabedores que nuestra identidad es más fuerte que eso. Vamos a defenderla. Digamos que conforme los años avanzan, para quien no milita más que como ciudadano, la militancia más contundente, ese escepticismo año a año, es mayor. Y a mayor escepticismo, pareciera también que mayores derechos tenemos para exigir. Sin embargo, los derechos son los de siempre, lo que sucede es que la descreencia toma otras formas, y nos llena de bronca y de insatisfacción, hasta que hacemos un alto; no podemos caer en ese error, y en tal caso, ese mismo día de las elecciones, podemos demostrar nuestra disconformidad con lo que sea que nos haya dañado.

Por eso, cuando escucho al senador Pinedo  decir  «Gano 83 mil pesos, con la inflación es difícil», y es el presidente provisional del Senado, o cuando leo que desde el Frente para la Victoria, Andrés Larroque, Carlos Kunkel y Héctor Recalde, proponen crear el «Día de la Mentira», pienso sinceramente que estos tipos desconocen la fortuna que tienen, que viven gratis pero a costa nuestra. Y que elegidos para estar ahí, ya no pueden seguir sin entender de lo que se trata.

Como, por estos días, la Ley Aspiracional de crear un millón de puestos de trabajo. Serían convenientes leyes que condujeran a “Ello”, no Leyes de “Ello”.  Si un legislador no sabe lo que sucede en la calle, no puede representar a nadie.

AUDIO

 

Carlos Yayo Hourmilougue

LAQUINTAPATA (CON PROPIEDAD INTELECTUAL DESDE 2004).

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Autor entrada: Editor

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